En su esperado regreso al escenario público, el ex presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ofreció este martes en Chicago su primer discurso importante desde que dejó la Casa Blanca, en el marco de una conferencia sobre la Seguridad Social. Sin embargo, más allá de sus críticas a la administración de Donald Trump y la defensa de su legado, lo que ha generado un intenso debate en redes sociales y medios estadounidenses fue un pasaje personal en el que Biden evocó su infancia en Scranton y relató una experiencia que marcó su percepción sobre la segregación racial.
Un recuerdo de infancia que reaviva el debate racial
Durante su intervención, Biden compartió una anécdota de su niñez, recordando el momento en que, siendo niño en Scranton, observó a un grupo de niños afroamericanos en un autobús escolar, refiriéndose a ellos con el término “colored kids” (“niños de color”). El ex mandatario explicó que ese episodio fue determinante para su temprana conciencia sobre la injusticia de la segregación y el impacto que tuvo en su visión sobre la dignidad y la justicia social.
La frase utilizada por Biden, aunque enmarcada en el contexto histórico de su infancia, no tardó en provocar reacciones encontradas. En plataformas como X (antes Twitter) y Facebook, algunos usuarios interpretaron el comentario como un reflejo honesto de la época y una crítica a la discriminación que él mismo presenció. Otros, sin embargo, consideraron el término como insensible y anacrónico, señalando que, aunque Biden buscaba ilustrar el racismo estructural de su juventud, el uso de expresiones hoy consideradas ofensivas resulta problemático para una figura pública de su talla.
Contexto y repercusiones
El discurso de Biden, que se centró principalmente en advertir sobre los riesgos de los recortes a la Seguridad Social bajo la administración actual, fue descrito por la prensa como previsible y carente de sobresaltos, salvo por este pasaje personal que desvió la atención hacia el debate racial en Estados Unidos. El ex presidente, de 82 años, reiteró su llamado a la unidad nacional y a superar la polarización, pero la controversia por sus palabras evidenció la sensibilidad que persiste en torno a la historia de la segregación y el lenguaje asociado a ella.
No es la primera vez que Biden enfrenta cuestionamientos por sus referencias al pasado racial del país. A lo largo de su carrera, ha relatado en diversas ocasiones cómo su entorno familiar y experiencias personales influyeron en su compromiso con los derechos civiles, aunque algunos de sus relatos han sido objeto de escrutinio y debate público.
Voces a favor y en contra
Mientras algunos analistas y activistas afroamericanos han defendido la intención de Biden de visibilizar el racismo que presenció en su infancia, otros insisten en que los líderes políticos deben ser especialmente cuidadosos con el lenguaje, incluso al narrar hechos históricos. “No se trata solo de recordar el pasado, sino de cómo lo contamos y qué aprendemos de él”, comentó un experto en derechos civiles consultado por medios locales.
La Casa Blanca, por su parte, no ha emitido comentarios oficiales sobre la polémica, aunque allegados al ex presidente han señalado que su objetivo era subrayar la importancia de reconocer y combatir las injusticias históricas.
Un país que sigue debatiendo su memoria
El episodio pone de relieve la compleja relación de Estados Unidos con su pasado segregacionista y la dificultad de abordar estos temas en el espacio público. Para muchos, la anécdota de Biden es un recordatorio de cuánto ha cambiado —y cuánto falta por cambiar— en la lucha por la igualdad y el respeto a la diversidad.
En medio de la polarización política y social, el debate sobre las palabras del ex presidente reabre viejas heridas, pero también invita a una reflexión colectiva sobre la memoria, la justicia y el lenguaje en la construcción de una sociedad más inclusiva.