Boeing bajo escrutinio tras el trágico accidente del vuelo 171 de Air India
Seattle, 15 de junio de 2025 – Boeing enfrenta una creciente presión internacional tras el devastador accidente del vuelo 171 de Air India, un Boeing 787-8 Dreamliner, que se estrelló poco después de despegar de Ahmedabad, India, el pasado 12 de junio. El avión, con destino a Londres Gatwick, transportaba a 230 pasajeros y 12 tripulantes cuando cayó sobre una zona residencial, dejando un saldo de al menos 270 muertos, incluyendo casi todos los ocupantes y decenas de víctimas en tierra.
La tragedia ocurrió aproximadamente 30 segundos después del despegue, cuando la tripulación reportó una pérdida de potencia y empuje, emitiendo una llamada de emergencia antes de que la aeronave se precipitara contra los edificios del campus médico B. J. Medical College en el barrio de Meghaninagar. Imágenes del lugar mostraron densas columnas de humo y explosiones tras el impacto. Entre las víctimas se encuentran 241 personas a bordo y al menos 38 en tierra, incluyendo estudiantes de medicina que se encontraban en el comedor del hostel alcanzado por el avión.
El único sobreviviente fue un ciudadano británico de 40 años, que logró escapar por una salida de emergencia después de que la sección donde estaba sentado se desprendiera y quedara en la planta baja del edificio afectado. El sobreviviente, Vishwaskumar Ramesh, relató que pensó que iba a morir y que logró salir corriendo tras desabrocharse el cinturón, mientras presenciaba la muerte de una azafata frente a él.
La investigación sobre las causas del accidente está en curso. Las autoridades indias, en colaboración con Boeing, la Oficina de Investigación de Accidentes de la India, y expertos estadounidenses, ya han recuperado una de las cajas negras y continúan analizando factores como el historial de mantenimiento, las acciones de la tripulación y las condiciones meteorológicas, que eran estables al momento del despegue. El avión, entregado a Air India en 2014, acumulaba más de 41,000 horas de vuelo y es el primer Boeing 787 Dreamliner involucrado en un accidente fatal desde su introducción en 2011.
La magnitud del desastre ha provocado debates sobre la seguridad aérea y ha llevado al gobierno indio a considerar la suspensión temporal de toda la flota de Boeing 787-8 para una revisión exhaustiva. Boeing, por su parte, expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y reafirmó su compromiso de colaborar plenamente con las investigaciones. El presidente y CEO de la compañía, Kelly Ortberg, canceló su participación en el Salón Aeronáutico de París para supervisar la respuesta de Boeing.
El accidente se suma a los recientes desafíos de Boeing, incluyendo retrasos en el programa 777X y problemas técnicos, aunque la empresa había asegurado recientemente un pedido récord de Qatar Airways. La tragedia ha impactado fuertemente en la percepción pública y en los mercados, con una caída de más del 6,5% en las acciones de Boeing tras el siniestro.
Memoriales y homenajes se celebran en India y el Reino Unido en honor a las víctimas, mientras las autoridades continúan con la identificación de cuerpos y el apoyo a los familiares. La investigación determinará si se trató de una falla técnica, un error humano o una combinación de factores, en un caso que ya es considerado el peor desastre aéreo en India desde 1996 y el más grave para Air India desde 1985.