Tiroteo en Wilmer-Hutchins High School de Dallas deja cuatro estudiantes heridos y genera alarma en la comunidad
La tarde del martes 15 de abril de 2025, el ambiente habitual de la Wilmer-Hutchins High School, ubicada al sur de Dallas, Texas, se vio interrumpido por el estruendo de disparos que provocó pánico y una movilización masiva de cuerpos de emergencia y fuerzas del orden. El incidente, que ocurrió poco después de la 1:00 p.m., dejó un saldo de cuatro estudiantes heridos, tres de ellos por impactos de bala y uno más con lesiones en la parte inferior del cuerpo. Las edades de los afectados oscilan entre los 15 y 18 años, y según las autoridades médicas, sus lesiones van de graves a no mortales.
Evacuación y escenas de pánico
Testigos relataron momentos de terror y confusión. “Me di la vuelta y escuché siete disparos. Agarré a un maestro y corrí a un salón”, narró un estudiante a medios locales, mientras otros describieron cómo los alumnos corrían y gritaban buscando refugio, algunos resguardándose en salones como el de la banda escolar. Imágenes aéreas mostraron a decenas de estudiantes evacuando el edificio principal y caminando hacia el estadio de la escuela, mientras patrullas, ambulancias y unidades de la ATF rodeaban el campus, donde ese día asistían cerca de 900 alumnos.
Respuesta de las autoridades y detención del sospechoso
En cuestión de minutos, la policía de Dallas, junto con agentes federales y bomberos, aseguraron la escuela y confirmaron que no existía una amenaza activa para el resto de la comunidad estudiantil. Las familias fueron informadas y los estudiantes reunidos con sus padres en un punto seguro. Horas después, el sospechoso —presuntamente un estudiante— fue localizado y detenido, aunque las autoridades no han revelado su identidad ni los motivos detrás del ataque, ya que la investigación sigue en curso.
Un patrón preocupante y cuestionamientos a la seguridad
Este tiroteo ocurre casi exactamente un año después de un incidente similar en la misma escuela, donde un estudiante resultó herido tras lograr ingresar un arma a pesar de los detectores de metales. Tras aquel suceso, la comunidad escolar protestó exigiendo respuestas y mejoras en los protocolos de seguridad. En esta ocasión, la policía aclaró que el arma utilizada no ingresó durante el horario habitual de ingreso, por lo que no se atribuye a una falla del personal o del equipo de seguridad, aunque persisten las dudas sobre cómo se logró evadir las medidas implementadas.
Reacciones y medidas inmediatas
La superintendente del distrito escolar, Stephanie Elizalde, expresó su consternación: “Hoy, como todos sabemos, ocurrió lo impensable. Francamente, esto se está volviendo demasiado familiar, y no debería ser así”. El gobernador de Texas, Greg Abbott, manifestó su solidaridad y ofreció apoyo a la comunidad escolar y a las familias afectadas.
Las clases en Wilmer-Hutchins High School han sido suspendidas por el resto de la semana y se ha puesto a disposición de estudiantes y personal un equipo de consejeros para atender el impacto emocional del suceso.
Persiste la preocupación
El tiroteo en Wilmer-Hutchins High School vuelve a encender el debate sobre la violencia armada en escuelas estadounidenses y la efectividad de las medidas de seguridad. Mientras las investigaciones continúan y la comunidad intenta recuperarse, el eco de los disparos y el miedo vivido este martes permanecerán como un recordatorio de la urgencia de encontrar soluciones duraderas a esta problemática.