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Gobiernos locales chinos venden criptomonedas incautadas para financiarse pese a la prohibición nacional de su comercio.🔥80

Author: 环球焦点
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Gobiernos locales en China venden criptomonedas incautadas para enfrentar crisis fiscal, desafiando la prohibición nacional

En un giro que revela las tensiones entre la política central y las necesidades fiscales locales, gobiernos municipales en China están vendiendo criptomonedas incautadas de actividades ilícitas, a pesar de la estricta prohibición nacional sobre el comercio de estos activos digitales. Esta práctica, cada vez más extendida, se ha convertido en una fuente significativa de ingresos para las arcas públicas en medio de la desaceleración económica que golpea al país asiático.

Criptomonedas: de botín criminal a salvavidas fiscal

Desde 2021, China mantiene una prohibición absoluta sobre el comercio y la minería de criptomonedas, declarando ilegales todas las transacciones con estos activos. Sin embargo, la ola creciente de crímenes relacionados con criptomonedas —fraudes en línea, lavado de dinero y apuestas ilegales— ha generado una montaña de activos digitales incautados por las autoridades. Solo en 2023, el dinero vinculado a delitos con criptomonedas se disparó a casi 431 mil millones de yuanes (unos 59 mil millones de dólares), un aumento de diez veces respecto al año anterior.

Ante la falta de regulaciones claras sobre cómo gestionar estos activos, los gobiernos locales han recurrido a empresas privadas para liquidar las criptomonedas en mercados offshore, convirtiéndolas en efectivo y transfiriendo los fondos a las cuentas públicas. Por ejemplo, la empresa tecnológica Jiafenxiang, con sede en Shenzhen, facilitó la venta de más de 3 mil millones de yuanes (408 millones de dólares) en criptomonedas desde 2018 para varias ciudades de la provincia de Jiangsu.

China, segundo mayor poseedor mundial de Bitcoin

Según datos recientes, China posee aproximadamente 194,000 bitcoins, valorados en unos 16 mil millones de dólares, lo que la convierte en el segundo mayor tenedor nacional de esta criptomoneda, solo por detrás de Estados Unidos. Al cierre de 2023, los gobiernos locales chinos tenían bajo su control alrededor de 15,000 bitcoins, equivalentes a 1,400 millones de dólares, producto de incautaciones judiciales.

Vacíos legales y riesgos de corrupción

El vacío normativo ha generado preocupación entre juristas y expertos financieros, quienes advierten que la falta de transparencia y la inconsistencia en los procedimientos podrían abrir la puerta a la corrupción y a la perpetuación de actividades ilícitas. Chen Shi, profesor de la Universidad de Economía y Derecho de Zhongnan, calificó la venta de criptomonedas incautadas como “una solución improvisada que, estrictamente hablando, no está en línea con la prohibición actual”.

Abogados y jueces de alto rango debaten actualmente posibles reformas regulatorias que permitan una gestión más transparente y centralizada de estos activos. Algunos sugieren que el Banco Popular de China debería encargarse directamente de los fondos, ya sea vendiéndolos en el extranjero o creando una reserva estratégica de criptomonedas, similar a los planes propuestos por la administración Trump en Estados Unidos.

Impacto en la economía y la política internacional

La práctica de liquidar criptomonedas incautadas ha ayudado a incrementar los ingresos públicos: en 2023, las multas y decomisos relacionados con crímenes cripto alcanzaron los 378 mil millones de yuanes, un aumento del 65% respecto a cinco años atrás. Sin embargo, este flujo de fondos también expone la contradicción entre la necesidad de recursos fiscales y la postura oficial de Pekín contra las criptomonedas.

Mientras tanto, Hong Kong, bajo la jurisdicción de “un país, dos sistemas”, busca posicionarse como un centro global de criptomonedas, en contraste con la política restrictiva de la China continental.

Conclusión

El fenómeno de los gobiernos locales chinos vendiendo criptomonedas incautadas ilustra cómo la realidad económica puede forzar reinterpretaciones y ajustes en políticas nacionales estrictas. El debate sobre la regulación de estos activos está lejos de cerrarse, y su desenlace podría redefinir el futuro de las criptomonedas en la segunda economía más grande del mundo.