Tommy Robinson, cuyo nombre real es Stephen Yaxley-Lennon, ha perdido su apelación contra la sentencia de 18 meses de prisión por desacato al tribunal, una decisión que confirma su permanencia en régimen de aislamiento en la prisión de Woodhill, en el Reino Unido. El fallo del Tribunal de Apelación, conocido recientemente, ratifica tanto la condena como las condiciones de su encarcelamiento, que han generado un intenso debate en redes sociales y en la opinión pública británica y mundial.
Los hechos detrás de la condena
Yaxley-Lennon, fundador del grupo de extrema derecha English Defence League (EDL), fue sentenciado en octubre de 2024 tras admitir diez violaciones de una orden judicial emitida en 2021. Esta orden le prohibía repetir afirmaciones falsas contra un refugiado sirio, a quien había acusado erróneamente de ser un criminal violento. El activista difundió estas alegaciones a través de un video titulado "Silenced", publicado en la red social X y mostrado en manifestaciones públicas, pese a que ya había perdido previamente un juicio por difamación presentado por la familia del joven sirio.
El juez que dictó la sentencia señaló que las violaciones a la orden judicial no fueron “accidentales, negligentes o simplemente imprudentes”, sino persistentes y deliberadas. Además, advirtió que Robinson podría ver reducida su condena en cuatro meses si eliminaba de sus redes sociales las afirmaciones falsas, algo que hasta ahora no ha hecho.
Condiciones de encarcelamiento y salud mental
Desde su ingreso en prisión, Robinson ha sido mantenido en régimen de segregación, separado de la población general por motivos de seguridad, debido a amenazas recibidas de otros internos. Según la administración penitenciaria y los jueces, esta medida busca proteger tanto a Robinson como al resto de los reclusos y al personal del centro. No obstante, sus abogados argumentan que el aislamiento ha provocado un deterioro evidente en su salud mental, agravando condiciones como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y un trastorno de estrés postraumático complejo diagnosticados previamente. Robinson solo puede salir de su celda unas tres horas al día y ha rechazado ser trasladado a una unidad para internos vulnerables, por no querer convivir con condenados por delitos sexuales.
Reacciones y polarización social
La decisión judicial ha avivado la polarización en redes sociales y medios de comunicación. Sus seguidores lo consideran un “preso político”, víctima de persecución por sus ideas y activismo antiislámico, y algunos personajes influyentes, como el empresario Elon Musk, han expresado su apoyo. Por el contrario, otros sectores de la sociedad británica y europea consideran que la sentencia es justa y necesaria para frenar la desinformación y el discurso de odio, subrayando que Robinson no fue condenado por publicar un documental, sino por desobedecer reiteradamente una orden judicial que protegía a una víctima de difamación.
Contexto y repercusiones
El caso de Tommy Robinson refleja el delicado equilibrio entre la libertad de expresión y la protección de los derechos individuales frente a la difamación y el discurso de odio. La justicia británica ha dejado claro que, aunque la crítica y la protesta son legítimas, no pueden amparar la difusión de mentiras comprobadas ni el desacato a las órdenes judiciales.
Mientras tanto, Robinson continuará cumpliendo su condena bajo estrictas medidas de seguridad, en medio de un debate que trasciende fronteras y que sigue alimentando la controversia sobre los límites de la libertad de expresión y el papel de la justicia frente al activismo radical.