Merab Dvalishvili y Sean O'Malley: rivalidad, humor y estrategias previas al choque de titanes en UFC 316 La revancha entre el campeón de peso gallo de UFC, Merab Dvalishvili, y el excampeón Sean O'Malley en UFC 316 (7 de junio en Newark) no solo promete ser un duelo técnico, sino también un espectáculo cargado de psicología y humor. Tras su primer enfrentamiento en septiembre de 2024, donde Dvalishvili arrebató el título a O'Malley por decisión unánime dominando con 6 derribos y más de 10 minutos de control en suelo, el ambiente ha mutado de tensión a una rivalidad matizada por bromas y respeto mutuo.
El guiño humorístico de Merab: un "hijo" llamado O'Malley En la reciente conferencia de prensa, Dvalishvili robó miradas al aparecer con un muñeco que imitaba a O'Malley dentro de un portabebés, acompañado de una gorra con la leyenda "Sean's dad" (el papá de Sean). El georgiano, conocido por sus excentricidades —como besar a rivales en pleno combate—, aclaró entre risas: "Es una broma, pero estoy totalmente serio para esta pelea. Sean es un gran luchador, pero esta vez será diferente". El acto, que evocó las payasadas de Henry Cejudo, generó memes y debates en redes: "Merab es mejor fuera del octágono que dentro", ironizó un fan.
Estrategias en la mira: ¿wrestling vs. striking letal? Los expertos coinciden en que Dvalishvili, líder histórico en derribos de UFC (92), buscará repetir su fórmula de presión constante para agotar a O'Malley, quien en su última pelea solo conectó 49 golpes significativos. Sin embargo, críticos señalan que el estadounidense debe aumentar su volumen de golpes y evitar la fatiga: "Contra Chito Vera lanzó 358 strikes; aquí debe recuperar esa versión agresiva", destaca ESPN. Para O'Malley, la cirugía de cadera de octubre de 2024 añade un factor de incógnita.
El "privilegio de Dana White" y una rivalidad con sazón personal O'Malley, quien bromeó con el supuesto favoritismo del presidente de UFC ("Dana White privilege"), enfrenta escepticismo por la revancha inmediata pese a la clara derrota inicial. Pero más allá de los pronósticos, ambos han inyectado toques íntimos a su enemistad: desde compartir un jacuzzi hasta elogios públicos. "Me robó la chaqueta, el cinturón y hasta los fans. Pero ahora es más humilde", reconoció Merab. O'Malley, por su parte, admitió: "Su actuación contra Nurmagomedov me impresionó".
¿Qué esperar en UFC 316? El evento, que también incluye la defensa de Julianna Peña contra Kayla Harrison, será una prueba de ajustes tácticos. Si Dvalishvili mantiene su ritmo de +30 intentos de derribos por pelea, O'Malley deberá equilibrar precisión y resistencia. Para América Latina, donde el MMA gana adeptos, este duelo ofrece un mix perfecto: técnica depurada, drama personal y el carisma de dos estrellas que entienden el negocio del espectáculo.
Pronóstico preliminar: Dvalishvili apuesta a repetir su dominio territorial, mientras O'Malley busca resucitar el "Suga Show" con nocauts como los que lo encumbraron. En Newark, más que un cinturón, se disputará el alma del peso gallo.