Jamison Wagner, un hombre de 40 años residente de Albuquerque, Nuevo México, ha sido arrestado y enfrenta cargos federales por su presunta participación en dos ataques incendiarios que han sacudido a la comunidad local y captado la atención nacional. Los incidentes, considerados por las autoridades como actos de terrorismo doméstico, tuvieron como blanco un concesionario de Tesla y la sede del Partido Republicano de Nuevo México, ambos en Albuquerque.
Cronología de los Ataques
Ataque al concesionario Tesla (9 de febrero) En la madrugada del 9 de febrero, Wagner presuntamente llegó al concesionario Tesla de Albuquerque conduciendo un Hyundai Accent blanco. Las cámaras de seguridad lo captaron portando materiales sospechosos y pintando grafitis en la fachada y en varios vehículos con frases como “Die Elon”, “Tesla Nazi Inc” y “Die Tesla Nazi”, en clara referencia al CEO de la empresa, Elon Musk, quien actualmente lidera la reestructuración administrativa del gobierno estadounidense bajo la administración Trump. Wagner habría roto ventanas de autos y arrojado un artefacto incendiario dentro de uno de los vehículos, provocando su destrucción total y daños significativos a otro.
Ataque a la sede del Partido Republicano (30 de marzo) Casi dos meses después, la sede del Partido Republicano de Nuevo México fue escenario de un ataque similar: un incendio destruyó parte del área de entrada y se hallaron grafitis con la frase “ICE=KKK” en la pared sur del edificio, utilizando un formato y materiales similares a los del ataque anterior. Los investigadores encontraron en ambos lugares frascos de vidrio con tapas de diseño único, rellenos con mezclas incendiarias improvisadas, y otros elementos que vincularon los dos crímenes.
Investigación y Evidencia
La conexión entre los dos ataques fue establecida gracias a imágenes de videovigilancia, análisis de cámaras de tráfico y la identificación del vehículo utilizado. El 12 de abril, agentes del FBI y la ATF ejecutaron una orden de cateo en la residencia de Wagner, donde hallaron dispositivos incendiarios ensamblados, materiales inflamables, frascos con tapas idénticas a las de los escenarios de los crímenes, pintura en aerosol roja y negra, y una plantilla con la leyenda “ICE=KKK”.
Reacción de las Autoridades
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha calificado estos hechos como parte de una ola de terrorismo doméstico dirigida contra propiedades asociadas a Elon Musk y a figuras clave del actual gobierno. La fiscal general Pam Bondi aseguró que no habrá negociaciones de culpabilidad y que buscarán la pena máxima permitida por la ley: hasta 40 años de prisión para Wagner, si es hallado culpable. El subprocurador general Todd Blanche fue enfático:
“Lanzar bombas incendiarias no es protesta política, es un delito peligroso que perseguiremos con todo el peso de la ley”.
Contexto Nacional
Estos ataques se suman a una serie de incidentes similares contra instalaciones de Tesla y estaciones de carga en otras ciudades de Estados Unidos, en medio de protestas y actos de vandalismo dirigidos a la figura de Elon Musk y su creciente influencia política y empresarial. La empresa ha reforzado la seguridad en todas sus instalaciones a nivel nacional.
Estado Actual del Caso
Wagner permanece detenido a la espera de una audiencia de detención. Todavía no ha presentado una declaración formal ante la corte y su defensor público federal no ha emitido comentarios a la prensa. Las autoridades continúan investigando si Wagner tenía planeados otros ataques, ya que el material incautado sugiere la posibilidad de acciones adicionales.
La comunidad de Albuquerque sigue atenta al desarrollo de este caso, que ha puesto en el centro del debate la seguridad de las instituciones políticas y empresariales en un clima de creciente polarización social y política en Estados Unidos.