Tensión y señales de apertura: China condiciona el reinicio del diálogo comercial con EE.UU.
La guerra comercial entre China y Estados Unidos vive un nuevo capítulo de alta tensión, pero también de posibles acercamientos. Tras semanas de escalada arancelaria —con gravámenes estadounidenses del 145% sobre productos chinos y represalias de Pekín con tarifas del 125%—, fuentes oficiales chinas han dejado claro que existe disposición a retomar las negociaciones, siempre y cuando Washington cumpla una serie de condiciones clave.
Condiciones chinas para el diálogo
Según trascendió de fuentes cercanas al gobierno chino, Pekín exige que la administración Trump muestre un respeto público genuino hacia China, lo que implica frenar los comentarios despectivos de altos funcionarios estadounidenses y adoptar una postura coherente en política exterior. Además, China demanda que se nombre un negociador principal con el respaldo directo del presidente Trump, capaz de preparar un eventual acuerdo de alto nivel entre Trump y el presidente Xi Jinping.
Otro punto central es la necesidad de abordar preocupaciones chinas de fondo, como las sanciones impuestas por Washington y la cuestión de Taiwán, además de exigir que Estados Unidos deje de utilizar amenazas y presiones como herramientas de negociación. “Si EE.UU. quiere dialogar, debe hacerlo desde el respeto, y debe dejar de usar máxima presión, amenazas y chantajes”, subrayó Lin Jian, portavoz de Exteriores chino.
Relevos y movimientos en ambos frentes
En un gesto que podría facilitar el reinicio de las conversaciones, China nombró este miércoles a Li Chenggang como nuevo viceministro de Comercio y principal representante para las negociaciones con Washington. Li cuenta con amplia experiencia en negociaciones internacionales y fue embajador ante la OMC, lo que se interpreta como una señal de que Pekín busca un interlocutor sólido y experimentado para esta etapa crítica.
Por su parte, la Casa Blanca ha reiterado que la “pelota está en el tejado” de China y que corresponde a Pekín dar el primer paso para avanzar hacia un acuerdo. Sin embargo, desde Beijing insisten en que el diálogo solo será posible si se garantiza igualdad de condiciones y respeto mutuo.
Impacto económico y mirada global
La incertidumbre derivada de la guerra arancelaria ha generado volatilidad en los mercados globales, afectando tanto a empresas estadounidenses —como las del sector agrícola y tecnológico— como a exportadores chinos, que han debido ajustar sus cadenas de suministro y absorber el impacto de los nuevos costos.
El posible reinicio de las negociaciones es seguido de cerca por los mercados financieros, que reaccionaron con moderado optimismo ante la filtración de las condiciones chinas: el yuan offshore subió un 0,2% frente al dólar y el dólar australiano avanzó un 0,5%, mientras los futuros del S&P 500 recortaron pérdidas tras conocerse la noticia.
Perspectivas y desafíos
Aunque la puerta al diálogo parece entreabierta, expertos advierten que China difícilmente cederá en sus posiciones estratégicas. Pekín apuesta por mantenerse firme y absorber la presión, convencido de que mostrar debilidad solo invitaría a más exigencias por parte de Washington. En este contexto, la designación de negociadores de alto nivel y el compromiso con un tono diplomático más respetuoso podrían marcar el inicio de una nueva fase en la relación bilateral, pero los obstáculos estructurales siguen siendo considerables.
La comunidad internacional observa con atención, consciente de que el desenlace de esta pugna comercial entre las dos mayores economías del mundo definirá no solo el rumbo de sus relaciones, sino también el equilibrio económico global en los próximos años.