Tarifas a las bananas generan debate en el Congreso y preocupación por alza de precios
Washington, D.C. – El reciente intercambio en el Congreso de Estados Unidos ha encendido el debate sobre el impacto de las nuevas tarifas comerciales en el precio de las bananas, un producto básico en la dieta estadounidense. La representante Madeleine Dean cuestionó al secretario de Comercio, Howard Lutnick, sobre la imposición de un arancel del 10% a las bananas importadas, señalando que grandes minoristas como Walmart ya han subido los precios de este fruto en un 8%.
Lutnick defendió la política, argumentando que los productos fabricados en Estados Unidos estarían exentos de estos aranceles. Sin embargo, Dean recordó que las bananas no pueden cultivarse comercialmente en el país: la producción nacional, limitada a Hawái y Florida, apenas alcanza las 7,000 toneladas anuales, mientras que el consumo supera los 4.5 millones de toneladas, casi en su totalidad importadas.
La Asociación de Bananas de Norteamérica (BANA) advirtió que el nuevo arancel podría aumentar el costo de las bananas en hasta 250 millones de dólares al año, afectando directamente a los consumidores estadounidenses. Más del 90% de las bananas vendidas en EE.UU. provienen de solo cinco países: Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Honduras, todos incluidos en el nuevo marco arancelario. BANA subraya que, a pesar de los objetivos de equilibrar la balanza comercial, EE.UU. ya mantiene un superávit de 4,700 millones de dólares en el comercio con estos países, por lo que la medida no cumple su propósito original.
Supermercados en todo el país, como Tops Friendly Markets y Wegmans, han comenzado a informar a los clientes sobre el impacto de los aranceles en los precios, especialmente en el área de productos frescos. Expertos advierten que los consumidores ya están empezando a notar el aumento en los precios de las bananas y otros productos importados como el café y la vainilla.
La discusión en el Congreso refleja la creciente preocupación sobre cómo las políticas comerciales pueden afectar el costo de bienes esenciales para los hogares estadounidenses, especialmente aquellos que no pueden producirse localmente. Organizaciones de la industria y defensores de los consumidores piden al gobierno que considere excepciones para productos como las bananas, cuya producción nacional es inviable, para evitar que las familias estadounidenses paguen precios más altos en la canasta básica.