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Corbyn lanza nuevo partido político para desafiar al establishment y unir a la izquierda británica🔥60

Author: 环球焦点
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Corbyn presenta un nuevo partido político para desafiar al establishment en Reino Unido

Londres, 24 de julio de 2025 – Jeremy Corbyn, exlíder del Partido Laborista británico, ha anunciado oficialmente la creación de un nuevo partido político de izquierda, en coalición con la diputada independiente Zarah Sultana. Con el propósito de desafiar a los “ricos y poderosos” y de revivir el debate progresista en el Reino Unido, el anuncio marca un momento crucial tras la expulsión de Corbyn del Labour en 2024, después de más de cuatro décadas de militancia.

Un nuevo proyecto de izquierda: orígenes y fundamentos

Corbyn, reconocido por su liderazgo entre 2015 y 2020 y por sus posturas en favor de la justicia social, ha definido su iniciativa como una reacción necesaria ante el rumbo actual del laborismo bajo Keir Starmer. En un manifiesto conjunto publicado junto a Sultana, destacan la necesidad de una fuerza política “arraigada en las comunidades, los sindicatos y los movimientos sociales”.

Aunque aún sin nombre definitivo, la formación —por ahora identificada como una plataforma de adhesión a través de yourparty.uk— busca transformar el sistema político británico, enfrentando, según palabras de Corbyn, “a quienes benefician sistemáticamente a las élites mientras la clase trabajadora ve mermados sus derechos y servicios”.

Desafíos a la política tradicional británica

La aparición de este nuevo partido supone una fractura significativa en el mapa político del Reino Unido. Corbyn y Sultana subrayan la urgencia de “redistribuir la riqueza y el poder” y han prometido políticas como el aumento de impuestos a las grandes fortunas, la nacionalización de infraestructuras clave y la construcción masiva de viviendas sociales, todo en respuesta al aumento del coste de vida y la crisis habitacional.

El contexto: la expulsión de Corbyn y la evolución del laborismo

La fundación del partido es consecuencia directa de los crecientes desacuerdos entre Corbyn y la actual dirección laborista. Su expulsión en 2024 se produjo después de años de tensiones internas sobre cuestiones ideológicas, postura internacional y liderazgo. El laborismo, bajo Starmer, ha querido alejarse del legado de Corbyn para atraer a votantes centristas, lo que ha abierto un vacío en la representación de la izquierda tradicional.

Sultana, también escindida del Labour, ha argumentado que “el partido de gobierno ha fallado completamente en mejorar la vida de la gente”. Esta percepción es compartida por un número creciente de electores desencantados, como refleja una encuesta reciente que indica que hasta un 18% del electorado estaría dispuesto a votar por el nuevo proyecto de Corbyn.

Impacto económico y social: las promesas de la nueva formación

El núcleo económico del partido gira en torno a la reducción de la desigualdad y una “redistribución masiva de riqueza y poder”, propuesta que incluiría medidas como la nacionalización de los ferrocarriles, la sanidad y los servicios públicos, así como fuertes inversiones en educación y vivienda social. Estas políticas han generado tanto expectativas entre los sectores más afectados por la crisis económica como críticas de quienes advierten sobre el riesgo de aumentar la fragmentación del voto progresista.

Corbyn y Sultana insisten en que el actual “sistema económico protege los intereses de corporaciones y multimillonarios, mientras son las personas trabajadoras las que generan riqueza y sufren las consecuencias de la austeridad”.

Comparaciones regionales: ecos europeos y precedentes británicos

El surgimiento de un partido de izquierda alternativo no es un fenómeno exclusivamente británico. En la última década, Europa ha presenciado el crecimiento de formaciones progresistas como Podemos en España, La France Insoumise en Francia o Syriza en Grecia, todas ellas con agendas basadas en la justicia social y la intervención pública frente a la ortodoxia neoliberal. Sin embargo, el impacto electoral de estas fuerzas ha sido dispar: mientras algunas lograron cambiar gobiernos y aplicar reformas, otras sufrieron divisiones internas y una rápida erosión del apoyo ciudadano.

En el Reino Unido, la última irrupción similar se produjo en 1981 con la fundación del SDP (Social Democratic Party), que buscaba representar a los laboristas descontentos del giro radical del partido bajo la dirección de Michael Foot. Aunque el SDP tuvo un éxito inicial, finalmente terminó fusionándose con los Liberales, demostrando la dificultad de consolidar alternativas al bipartidismo tradicional. Sin embargo, el contexto actual —con un electorado más fragmentado y redes sociales que facilitan la movilización de bases— ofrece escenarios distintos para la nueva apuesta de Corbyn.

Reacciones del público y la comunidad política

La sociedad británica ha reaccionado con interés y escepticismo. Los sectores más progresistas y activistas de movimientos sociales han celebrado el anuncio, considerándolo una oportunidad para retomar reivindicaciones abandonadas por el Labour. Por otro lado, voces críticas advierten del peligro de dividir el bloque de la izquierda y de allanar el camino a opciones conservadoras o populistas como Reform UK.

Figuras históricas, como el exprimer ministro Neil Kinnock, han calificado la iniciativa como “un regalo indirecto” para la derecha. Sin embargo, los promotores del nuevo proyecto responden que el estancamiento político actual exige alternativas auténticas, ajenas a las lógicas de poder de Westminster.

Desafíos prácticos: registro y organización del partido

A pesar del entusiasmo inicial, la nueva formación aún enfrenta retos logísticos. Según los organizadores, el partido todavía no está registrado oficialmente en el órgano electoral británico, y parte de sus detalles —nombre definitivo, modelo de liderazgo y políticas concretas— serán decididos por los miembros en una conferencia inaugural a convocar en los próximos meses.

Esta estructura participativa busca evitar antiguos problemas de fraccionalismo y burocracia, apostando por un liderazgo compartido y la implicación directa de las bases.

Importancia histórica y perspectiva de futuro

La fundación del partido de Corbyn supone un capítulo relevante en la evolución política del Reino Unido, especialmente tras los últimos ciclos de polarización social. La historia reciente del Labour, desde la “tercera vía” de Tony Blair hasta las propuestas de socialismo democrático de Corbyn, resume la tensión permanente entre pragmatismo electoral y principios ideológicos.

Mostrando una notable resiliencia política, Corbyn aspira a canalizar el desencanto social y a renovar el debate público sobre cuestiones como la desigualdad y el acceso a servicios esenciales. La incógnita principal reside en la capacidad de su nuevo partido para transformar el interés inicial en una oferta electoral competitiva y en si logrará cohesionar las múltiples sensibilidades de la izquierda británica.

Paradigma y posibles escenarios políticos

La aparición de nuevos partidos suele alterar radicalmente las lógicas de representación, forzando a las grandes formaciones a adaptarse o a redefinir sus propuestas. Si la alternativa de Corbyn consigue mantener y ampliar su impulso, podría forzar al Labour a un giro en sus políticas o a establecer alianzas circunstanciales. Por el contrario, el fracaso en consolidarse podría dejar una izquierda más debilitada y fragmentada, situación que históricamente ha beneficiado a los partidos conservadores.

En todo caso, la decisión de Jeremy Corbyn de regresar al centro del debate político, apoyado por una base militante y con propuestas concretas, añade un elemento de incertidumbre y expectación en la escena británica. El futuro del nuevo partido dependerá tanto de su capacidad organizativa como del contexto social y económico de los próximos meses.