El Partido Demócrata enfrenta críticas por el proceso de primarias y la desconexión con los votantes
El Partido Demócrata de Estados Unidos se encuentra bajo intenso escrutinio tras una serie de críticas sobre la transparencia y equidad de sus procesos de primarias, así como por la creciente desconexión con importantes sectores del electorado. El senador Bernie Sanders, figura clave de la izquierda progresista, ha liderado las críticas, coincidiendo públicamente con la percepción de que el partido ha “robado” a sus electores el derecho a participar en procesos democráticos justos desde 2008.
Durante una reciente aparición en el podcast “Flagrant”, Sanders admitió que los mecanismos internos del partido favorecen a las élites y grandes donantes, restringiendo la participación real de los votantes y consolidando el poder de consultores bien pagados. “Aquí no hay discusión”, afirmó Sanders, quien ha recorrido el país junto a la representante Alexandria Ocasio-Cortez en una gira que denuncia el creciente poder de la oligarquía en la política estadounidense.
A la crítica sobre el proceso de selección de candidatos se suma la preocupación por la pérdida de apoyo entre la clase trabajadora y los jóvenes, grupos que han mostrado creciente frustración con el partido. Encuestas internas reflejan un declive en el optimismo sobre la marca demócrata, mientras que algunos exmiembros y votantes expresan su descontento por la falta de conexión con las demandas de estos sectores.
El manejo de la elección presidencial de 2024 ha sido otro punto de discordia. La retirada tardía del presidente Joe Biden dejó a la vicepresidenta Kamala Harris con poco tiempo para consolidar su imagen y diferenciar su campaña, lo que, según críticos internos, debilitó las posibilidades del partido. Figuras como el gobernador de Kentucky, Andy Beshear, han sugerido que una salida más temprana de Biden hubiera fortalecido la candidatura demócrata.
A nivel estatal, la situación también es preocupante. En Florida, dos representantes estatales recientemente cambiaron de partido, pasándose al Partido Republicano y argumentando que sus valores ya no están alineados con los del Partido Demócrata. Estos movimientos han intensificado el debate interno sobre la dirección y la identidad del partido.
Ante este escenario, crecen los llamados a reformas profundas. Entre las demandas más urgentes figuran la mayor transparencia, como la publicación de expedientes médicos completos de los candidatos, y la revisión del calendario de primarias para restaurar la confianza de los votantes. Los líderes demócratas enfrentan ahora el desafío de oponerse a las políticas actuales mientras intentan reconstruir una base electoral fracturada de cara a las elecciones intermedias de 2026.
El futuro del Partido Demócrata, según analistas y figuras como Sanders, dependerá de su capacidad para escuchar a una base diversa y descontenta, y para alejarse de la influencia de las élites económicas y políticas que hoy dominan su estructura interna.