El panorama político británico se tambalea: crisis interna en el Partido Conservador
Londres, 29 de mayo de 2025 — El Partido Conservador del Reino Unido atraviesa uno de los momentos más turbulentos de su historia reciente, marcado por luchas internas, escándalos y una pérdida de apoyo popular sin precedentes.
Intento de golpe interno y crisis de liderazgo
En los últimos días, han surgido informaciones sobre una maniobra secreta de altos cargos conservadores para destituir a la actual líder, Kemi Badenoch, y reemplazarla por el ex primer ministro Boris Johnson. Esta operación refleja la profunda división que atraviesa el partido, que ha caído hasta el cuarto puesto en las encuestas, una posición impensable hace apenas unos años, y que ha encendido las alarmas entre los tories sobre la necesidad urgente de un cambio de rumbo para recuperar la confianza ciudadana.
Badenoch, quien asumió el liderazgo tras la dimisión de Rishi Sunak tras la histórica derrota electoral de 2024, enfrenta ahora presiones crecientes de un sector nostálgico del liderazgo de Johnson, pese a que su salida estuvo marcada por el escándalo del Partygate y una crisis de reputación que aún pesa sobre el partido.
Escándalos y tensiones internas
La tensión interna se agravó cuando el exlíder conservador Douglas Ross fue expulsado de una sesión de preguntas al primer ministro en el Parlamento escocés, un hecho que evidencia el clima de confrontación dentro del partido.
Por su parte, Robert Jenrick, exaspirante al liderazgo, se vio envuelto en polémica tras grabar sin autorización un vídeo en el metro de Londres, en el que confrontaba a supuestos evasores de tarifas. Transport for London criticó la acción por no contar con los permisos necesarios, lo que añadió más leña al fuego de las críticas sobre la gestión y el comportamiento de destacados miembros conservadores.
Acusaciones y rivalidad política
La crisis se extiende también al terreno institucional, con acusaciones de algunos tories hacia Downing Street por presuntas violaciones al Código de Servicio Civil en la gestión de los problemas del sistema E-Gate, lo que ha intensificado el debate sobre la transparencia y la legalidad de las acciones del gobierno.
Mientras tanto, la figura de Nigel Farage y su partido Reform UK gana protagonismo, arrebatando votos tanto a laboristas como a conservadores y consolidándose como una fuerza decisiva en el nuevo tablero político británico. El ascenso de Farage ha dejado a muchos conservadores cuestionando la estrategia actual de su partido y su capacidad de recuperar la relevancia perdida.
Un partido a la deriva
El Partido Conservador, que durante 14 años dominó la política británica, se enfrenta ahora a una crisis existencial. Los escándalos, la falta de liderazgo claro y la competencia de nuevas fuerzas políticas han provocado que muchos de sus antiguos votantes les den la espalda, mientras el laborismo de Keir Starmer y la derecha populista de Farage capitalizan el descontento social.
El futuro de los tories es incierto. Las próximas semanas serán cruciales para definir si el partido logra recomponerse y ofrecer una alternativa creíble, o si continúa su declive en medio de luchas internas y pérdida de influencia en el escenario político del Reino Unido.