Cumbre de los BRICS impulsa debates económicos globales y marca un hito en la integración sur-sur
Expansión histórica y nuevos compromisos en la cumbre de Río de Janeiro
La reciente Cumbre de los BRICS celebrada en Río de Janeiro ha captado la atención mundial al reunir a líderes de las principales economías emergentes para debatir sobre el rumbo de la economía global y la gobernanza internacional. En un contexto de crecientes tensiones comerciales y geopolíticas, el bloque —ahora ampliado a once miembros tras la incorporación de Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Indonesia— firmó una declaración conjunta que aborda temas cruciales como el aumento de aranceles unilaterales, la condena de ataques militares y la necesidad de un alto al fuego incondicional en Gaza.
BRICS: de bloque emergente a potencia económica global
El BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) nació en 2009 con el objetivo de fortalecer la cooperación entre economías emergentes y desafiar el dominio de las instituciones occidentales. Hoy, con la ampliación del grupo, el bloque representa a más de 3.300 millones de personas —más del 40% de la población mundial— y, según el Fondo Monetario Internacional, aporta aproximadamente el 37,3% del PIB global medido en paridad de poder adquisitivo. China lidera con el 19,05% del PIB mundial, seguida por India con el 8,23%.
La expansión reciente ha posicionado a los BRICS como un actor central en el comercio de materias primas. Con la adhesión de Irán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, el grupo controla cerca de la mitad de la producción mundial de petróleo y consume el 35% del total global, consolidando su influencia en los mercados energéticos.
Declaración conjunta: multilateralismo, paz y desarrollo sostenible
Durante la cumbre, los líderes firmaron la Declaración de Río, que sella el compromiso del bloque con el multilateralismo, el respeto al derecho internacional y la promoción de un orden global más equitativo. El documento, titulado "Fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur para una gobernanza más inclusiva y sostenible", recoge 126 compromisos en áreas estratégicas como gobernanza global, finanzas, salud, inteligencia artificial, cambio climático y desarrollo tecnológico.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión del encuentro, subrayó la importancia de la cooperación entre países del Sur Global para enfrentar desafíos comunes y promover un desarrollo más justo e inclusivo. Entre los compromisos destaca la creación de más de 200 nuevos mecanismos de cooperación y la consolidación de la integración económica interna, que en 2025 superó el billón de dólares en comercio intra-BRICS.
Clima, energía y la demanda de financiamiento internacional
Uno de los ejes centrales de la cumbre fue el cambio climático. Los BRICS exigieron a las naciones ricas que financien la transición global hacia energías limpias y la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero. Si bien el bloque reconoce el papel de los combustibles fósiles en la matriz energética de los países en desarrollo, aboga por un enfoque gradual y justo en la transición energética.
Brasil propuso la creación del "Tropical Forests Forever Facility", un fondo para proteger los bosques tropicales y financiar iniciativas climáticas más allá de los compromisos del Acuerdo de París. China y Emiratos Árabes Unidos manifestaron su intención de invertir en este fondo, reflejando el interés del bloque en liderar soluciones innovadoras para la crisis climática.
Innovación tecnológica y soberanía industrial
El bloque BRICS ha emergido como líder en tecnologías verdes, automatización, digitalización y electrificación. China, en particular, ofrece a los países miembros acceso a tecnologías de punta en biomedicina, baterías de sodio, reactores nucleares modulares y chips de inteligencia artificial. Este liderazgo tecnológico está reconfigurando las cadenas de valor globales y otorgando a los BRICS una posición estratégica en la economía del futuro.
La visión del bloque ha evolucionado: más allá de desafiar el orden occidental, los BRICS buscan ahora una soberanía tecnológica e industrial basada en energías limpias y mercados internos en expansión. Esta transformación está atrayendo a nuevos candidatos, con más de treinta países solicitando su ingreso en 2024, entre ellos Azerbaiyán, Malasia y Turquía.
Comparativa regional: BRICS frente al G7 y otras alianzas
El avance de los BRICS ha generado comparaciones inevitables con el G7, el grupo de las economías más industrializadas de Occidente. Mientras el G7 representa aproximadamente el 30% del PIB global en paridad de poder adquisitivo, los BRICS ya lo superan, consolidando la tendencia hacia un mundo multipolar.
A diferencia de bloques como la Unión Europea, los BRICS carecen de una estructura institucional rígida, lo que les otorga flexibilidad pero también plantea desafíos de coordinación. Sin embargo, la diversidad de sus miembros —en términos de sistemas políticos, niveles de desarrollo y prioridades estratégicas— puede dificultar la toma de decisiones consensuadas.
Impacto económico y laboral: retos de la informalidad y el empleo
El bloque BRICS cuenta con una de las mayores fuerzas laborales del planeta, con una tasa de participación del 60,6% y 1.500 millones de trabajadores. Sin embargo, la informalidad sigue siendo un reto: cerca de 934 millones de personas trabajan en la economía informal, especialmente en India, lo que limita el potencial de crecimiento y la productividad.
El desempleo en los países BRICS se sitúa en el 5,3%, equivalente a 84,7 millones de personas. La brecha de género en la participación laboral persiste, con una tasa del 73,9% para hombres y del 47,4% para mujeres, lo que subraya la necesidad de políticas inclusivas para aprovechar plenamente el potencial humano del bloque.
Reacciones internacionales y perspectivas a futuro
La expansión y consolidación de los BRICS ha generado reacciones mixtas en el escenario internacional. Mientras algunos analistas advierten sobre los posibles efectos de la desdolarización y el desplazamiento de la hegemonía occidental, otros destacan el potencial del bloque para impulsar un desarrollo más equilibrado y sostenible.
Estados Unidos, por ejemplo, ha respondido con escepticismo y ha amenazado con aranceles a los miembros del bloque en caso de que avancen en la sustitución del dólar como moneda de referencia internacional. Sin embargo, los BRICS insisten en que su objetivo no es confrontar, sino construir alternativas y fortalecer la cooperación Sur-Sur.
Conclusión: un nuevo capítulo en la gobernanza global
La Cumbre de los BRICS en Río de Janeiro marca un punto de inflexión en la arquitectura económica y política mundial. Con su expansión, el bloque no solo gana peso económico y geopolítico, sino que también se posiciona como un actor clave en la promoción de la sostenibilidad, la innovación tecnológica y la inclusión social.
El desafío para los BRICS será mantener la cohesión interna y traducir sus compromisos en resultados concretos, en un contexto de crecientes tensiones globales y demandas de reformas en la gobernanza internacional. Lo que está claro es que el bloque ha dejado de ser solo una alianza de economías emergentes para convertirse en un pilar fundamental del nuevo orden multipolar.