El Partido Republicano enfrenta luchas internas por el proyecto de presupuesto y prioridades políticas
Washington, D.C. – El Partido Republicano atraviesa una intensa batalla interna mientras intenta avanzar un polémico proyecto de ley presupuestaria, evidenciando profundas divisiones sobre prioridades políticas clave.
El Senado, bajo liderazgo republicano, busca unificar a sus miembros para aprobar una legislación de 940 páginas que incluye amplias reducciones de impuestos, recortes en programas sociales y nuevas inversiones en defensa nacional y seguridad fronteriza. Sin embargo, algunos senadores amenazan con bloquear el proyecto debido a disposiciones que permitirían la venta de tierras públicas para desarrollo, mientras que sectores conservadores critican a la dirigencia por no comprometerse plenamente con recortes más severos en programas como el Green New Deal y reformas a Medicaid.
Entre las medidas más controvertidas se encuentran los recortes a Medicaid, cupones de alimentos y programas de energía verde, con el objetivo de ahorrar al menos 1,5 billones de dólares y compensar la extensión de recortes fiscales de la era Trump, cuyo costo total se estima en casi 4 billones de dólares. Algunos legisladores republicanos, como Thom Tillis de Carolina del Norte y Rand Paul de Kentucky, votaron en contra de avanzar el proyecto, preocupados por el impacto negativo de los recortes en la atención médica de sus estados. Tillis, enfrentando presión directa del expresidente Trump, anunció que no buscará la reelección en 2026 tras oponerse al plan.
El proyecto también contempla un fondo de 10 mil millones de dólares para reforzar la seguridad fronteriza y deportaciones, así como miles de millones para el Pentágono y el desarrollo de sistemas de defensa como el Golden Dome. Además, se proponen nuevas tarifas para inmigrantes, incluso para quienes buscan asilo.
Las diferencias internas se extienden a la política exterior, especialmente en torno al conflicto Israel-Irán, reflejando una tensión más amplia entre las prioridades tradicionales y emergentes dentro del partido. Mientras tanto, figuras influyentes como Elon Musk han criticado públicamente el proyecto, calificándolo de “insano y destructivo”.
La votación en el Senado, que avanzó el proyecto por un margen estrecho de 51-49, no garantiza su aprobación final. En la Cámara de Representantes, donde los republicanos tienen una mayoría de solo ocho escaños, la incertidumbre persiste sobre si el liderazgo logrará reunir los votos necesarios para enviar la ley al escritorio de Trump antes del 4 de julio, como él exige.
El desenlace de estas negociaciones tendrá consecuencias directas para la unidad y la estrategia republicana de cara a las próximas elecciones.