Estados Unidos e Israel atacan conjuntamente instalaciones nucleares iraníes en medio del aumento de tensiones
Washington, D.C. – Estados Unidos e Israel llevaron a cabo el 22 de junio de 2025 una serie de ataques militares coordinados contra tres instalaciones nucleares iraníes: Fordow, Natanz e Isfahán, intensificando el conflicto en Oriente Medio. El presidente Donald Trump calificó la operación como un "ataque muy exitoso" destinado a impedir que Irán desarrolle armas nucleares. Los bombardeos incluyeron el despliegue de bombas "bunker-buster" de 30,000 libras por bombarderos estadounidenses B-2 y aviones de combate israelíes.
Irán prometió represalias y lanzó ataques con misiles contra la base militar estadounidense Al Udeid en Catar, los cuales fueron interceptados por defensas cataríes sin reportarse víctimas ni daños significativos, según fuentes oficiales estadounidenses y cataríes. Autoridades iraníes condenaron los ataques, y el ministro de Relaciones Exteriores, Abbas Araghchi, afirmó que estos eliminaron cualquier posibilidad de diálogo diplomático. El Ministerio de Salud de Irán reportó más de 400 muertes civiles a causa de los ataques israelíes, mientras que el asesor del líder supremo, Ayatolá Ali Khamenei, advirtió que las bases estadounidenses en la región podrían ser objetivos futuros.
La comunidad internacional instó a la desescalada del conflicto. Arabia Saudita, Catar y Japón pidieron moderación, mientras que la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares calificó las acciones de Estados Unidos de "imprudentes" y contrarias al derecho internacional. El precio del petróleo cayó más del 6% tras el contraataque iraní, reflejando la preocupación del mercado por la estabilidad regional.
El líder de la minoría en el Senado estadounidense, Chuck Schumer, exigió supervisión del Congreso, citando la Ley de Poderes de Guerra, mientras que algunos legisladores republicanos cuestionaron la constitucionalidad de los ataques. Estados Unidos emitió una alerta mundial para sus ciudadanos en el extranjero, y Air India suspendió sus vuelos sobre la región del Golfo debido al conflicto.