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ONU entre elogios y polémicas a 80 años: avances humanitarios, críticas por Gaza y dudas sobre su imparcialidad🔥66

Author: 环球焦点
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La ONU enfrenta críticas y respaldo en su 80 aniversario en medio de crecientes desafíos globales

Naciones Unidas conmemora 80 años de existencia en un clima internacional marcado por crisis humanitarias, guerras, cambios climáticos acelerados y tensiones diplomáticas. A lo largo de las últimas ocho décadas, la organización ha sido símbolo de cooperación multilateral, pero también foco de controversias por su gestión en zonas de conflicto y por la percepción, compartida por algunos sectores, de que sus respuestas no siempre han estado a la altura de las emergencias más apremiantes.

Mientras algunos celebran los logros de la ONU en la promoción de la paz, la ayuda humanitaria y el desarrollo sostenible, otros critican sus decisiones internas y la falta de eficacia en escenarios donde la vida de millones de personas depende de su actuación.


Ocho décadas de cooperación internacional

Fundada en 1945 tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, la Organización de las Naciones Unidas nació con el mandato de prevenir que la humanidad volviera a enfrentar un conflicto global de dimensiones catastróficas. Desde entonces, ha crecido hasta incluir a 193 Estados miembros y convertirse en el principal foro de debate sobre paz, seguridad, desarrollo y derechos humanos.

Entre sus hitos destacan la creación de misiones de mantenimiento de la paz en regiones devastadas por la guerra, la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948 y la puesta en marcha de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2000, antecedentes de los actuales Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados en la Agenda 2030.

En el terreno humanitario, agencias como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) han brindado socorro a millones de desplazados, refugiados y poblaciones vulnerables en contextos de emergencia humanitaria en África, Asia, América Latina y el mundo árabe.


Reconocimientos por la acción humanitaria

A lo largo de su historia, la ONU ha sido reconocida por movilizar recursos en situaciones de catástrofe natural, hambrunas y guerras civiles. Durante la hambruna en Etiopía en la década de 1980, la organización coordinó uno de los mayores despliegues de ayuda internacional en la historia contemporánea. En los últimos 20 años, su papel ha sido fundamental en la respuesta a calamidades como el terremoto de Haití en 2010, el brote de ébola en África Occidental en 2014 y más recientemente, la asistencia a los millones de personas desplazadas por la guerra en Ucrania.

Organizaciones no gubernamentales, líderes comunitarios y beneficiarios han subrayado la importancia del trabajo de campo de la ONU. En muchas regiones, la bandera azul de cascos y vehículos humanitarios simboliza la única garantía de seguridad y asistencia básica.


Controversias en torno a la gestión en Gaza

Sin embargo, el aniversario número 80 llega acompañado de tensiones crecientes. Una serie de informes internos y filtraciones han destapado críticas sobre la manera en que la organización gestiona la ayuda humanitaria en la franja de Gaza, devastada por años de conflicto y crisis humanitaria crónica.

Un denunciante interno alegó que la ONU rechazó ofertas de apoyo logístico provenientes de las Fuerzas de Defensa de Israel, cuya participación podría haber agilizado la entrega de alimentos, agua y suministros médicos a la población palestina. Además, un memorando filtrado sugiere que altos funcionarios consideraron colaborar con un grupo vinculado a actos de violencia y al control de la distribución de recursos en la franja, una posibilidad que ha generado indignación entre observadores internacionales.

Estos hechos han dado pie a debates sobre la supuesta imparcialidad de la organización en conflictos en los que debe mantener neutralidad absoluta para poder mediar de manera eficaz.


Impacto económico y político de las decisiones humanitarias

Las polémicas en torno a la ayuda humanitaria tienen implicaciones que van más allá de las decisiones administrativas. La ONU canaliza cada año miles de millones de dólares en fondos aportados por los Estados miembros para financiar programas de desarrollo, educación, salud y asistencia en emergencias. Cualquier sospecha de ineficiencia o favoritismo puede erosionar la confianza en su labor y desalentar futuras contribuciones.

En 2024, el presupuesto para operaciones humanitarias superó los 50.000 millones de dólares, con gran parte destinada a regiones con crisis prolongadas como Siria, Sudán, Yemen y Gaza. La economía de muchos países receptores depende en gran medida de esa asistencia para cubrir necesidades básicas. En términos macroeconómicos, incluso una reducción moderada de ayuda puede agravar la inestabilidad regional, generar nuevos flujos migratorios hacia Europa y América, y aumentar tensiones en el mercado laboral y los sistemas de seguridad social de países vecinos.


Comparaciones regionales: éxito en unos casos, estancamiento en otros

La efectividad de la ONU muestra claros contrastes según el contexto. En tareas de reconstrucción y reconciliación nacional, su papel en países como Timor Oriental y Sierra Leona ha sido ampliamente valorado como un modelo de transiciones pacíficas hacia la estabilidad. En cambio, escenarios como Afganistán, Somalia y Gaza ponen de relieve los límites de la acción internacional cuando los actores locales no muestran disposición a compromisos duraderos.

Aun así, en América Latina la ONU ha cosechado reconocimiento por acompañar procesos de negociación de paz, como en Colombia, donde su participación ha sido clave para verificar la implementación de acuerdos y la protección de comunidades rurales y excombatientes.

Este contraste entre éxitos y fracasos resalta la naturaleza compleja de la diplomacia multilateral, dependiente no solo de la voluntad de la ONU sino de la cooperación real entre Estados y grupos en conflicto.


Las críticas sobre definiciones y estándares

Otra polémica gira en torno a conceptos esenciales que la ONU utiliza desde hace décadas, como la definición de “refugiado” o de “derechos humanos”. Algunos expertos académicos y juristas señalan que, con el paso de los años, las nociones han sido reinterpretadas o flexibilizadas para adaptarse a nuevas realidades. Mientras que esta adaptación es vista por muchos como una muestra de resiliencia institucional, sectores críticos acusan a la organización de manipular términos jurídicos con fines políticos o para facilitar intervenciones cuestionadas.

El debate recuerda a las controversias de los años 1990, cuando la definición de genocidio y los límites de la intervención humanitaria fueron objeto de intensas discusiones tras las tragedias de Ruanda y Bosnia.


La defensa institucional: Guterres y la necesidad de cooperación

Frente a las críticas, el actual secretario general, António Guterres, ha reiterado en distintos foros internacionales que la relevancia de la ONU es “más vital que nunca”. En discursos recientes, ha insistido en que problemas globales como el cambio climático, las pandemias, la proliferación de armas y la inestabilidad financiera solo pueden abordarse mediante la cooperación.

Guterres ha recordado que la ONU no posee un poder independiente, sino que depende de la voluntad política y de las aportaciones financieras de sus Estados miembros. En ese sentido, la organización actúa como espacio común, pero sus capacidades están inevitablemente limitadas por la dinámica internacional y la ausencia, en ocasiones, de consensos.


Perspectivas hacia el futuro

A 80 años de su fundación, el reto para la ONU es demostrar capacidad de reinvención. Observadores señalan la necesidad de actualizar sus estructuras, incluidas las del Consejo de Seguridad, donde el poder de veto de las principales potencias sigue generando bloqueos en decisiones clave. También crece la demanda de dar mayor protagonismo a países en desarrollo, que enfrentan de primera mano las consecuencias de las crisis globales.

En el ámbito humanitario, expertos destacan la urgencia de mejorar mecanismos de transparencia y coordinación para evitar percepciones de favoritismo en la entrega de ayuda. Asimismo, se enfatiza en el fortalecimiento de alianzas con organizaciones regionales y locales, que suelen tener un conocimiento más profundo del terreno y de las comunidades afectadas.


Conclusión

Ocho décadas después de su nacimiento, la Organización de las Naciones Unidas se encuentra en una encrucijada histórica. Sus contribuciones al desarrollo humano y a la paz mundial son innegables, pero el peso de las críticas aumenta, sobre todo en relación con conflictos prolongados y complejos como el de Gaza.

Entre logros y controversias, la ONU sigue siendo indispensable en un mundo donde las crisis trascienden fronteras. Sin embargo, la presión para adaptarse a nuevas exigencias y demostrar eficacia será mayor que nunca. A medida que celebra su 80 aniversario, la pregunta central es si la ONU podrá redefinir su papel y recuperar la confianza plena de la comunidad internacional para los próximos 80 años.

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