The Sun enfrenta desafíos legales y financieros mientras su tráfico digital se desploma
Admisión histórica de actividades ilícitas: el caso con el Príncipe Harry
El tabloide británico The Sun, uno de los periódicos más leídos y polémicos del Reino Unido, entra en una nueva y crucial etapa de su historia tras admitir por primera vez haber participado en actividades ilegales. Este reconocimiento público surge a raíz de un acuerdo judicial con el príncipe Harry, a quien se le otorgaron daños sustanciales tras años de litigar contra la publicación. Harry, duque de Sussex, percibe este desenlace como una “victoria monumental”, según declaraciones reportadas este año en Londres.
El caso se inscribe en el contexto más amplio del escándalo de escuchas y hackeos telefónicos que ha salpicado al grupo de medios de Rupert Murdoch durante más de una década. The Sun, que hasta ahora había negado categóricamente esa implicación, cede ante la evidencia y opta por evitar el juicio previsto, resolución que podría sentar un precedente para otros demandantes de alto perfil y ha costado a su empresa matriz más de mil millones de libras en acuerdos, multas y gastos legales.
Impacto económico: caída abismal del tráfico digital
Mientras la reputación de The Sun sufre por los litigios, la crisis se intensifica por un descenso vertiginoso de visitas a su portal digital. En abril de 2025, el medio registró una bajada interanual del 61,5%, retrocediendo hasta 22,1 millones de visitas mensuales, según los datos de Similarweb. Esta caída convierte al tabloide en el medio con mayor decrecimiento entre los 50 portales de noticias más visitados en Estados Unidos, una métrica alarmante para cualquier actor de la industria mediática.
Analistas de medios digitales vinculan esta caída no solo a cuestiones reputacionales, sino también al cambio de los patrones de consumo de información en la era digital: la dependencia de grandes plataformas tecnológicas como Google y Facebook para las referencias de tráfico se ha vuelto un talón de Aquiles generalizado para el periodismo tradicional y sensacionalista. Recientes decisiones de dichas plataformas de restringir la difusión de noticias han reducido drásticamente el alcance de numerosos portales, empujando a los medios a replantear su estrategia y modelo de negocio.
Contexto histórico: de tabloide dominante a crisis de confianza
Desde sus orígenes en 1964, The Sun se posicionó como el tabloide populista de referencia en el Reino Unido, influyendo en la opinión pública y el clima político con titulares sensacionalistas, investigaciones controversiales y una mezcla de información y entretenimiento que atrajo a millones de lectores diarios. En la era dorada del papel impreso, superó los cuatro millones de ejemplares vendidos y se convirtió en un actor decisivo incluso en procesos electorales.
Sin embargo, el giro hacia lo digital en los años 2000 y los escándalos que estallaron en 2011 —con el cierre definitivo de News of the World por casos similares— pusieron bajo escrutinio a toda la industria. Durante años, The Sun se desmarcó oficialmente de esas prácticas hasta que, en enero de 2025, confesó su implicación directa en actividades ilegalmente invasivas, como el acceso no autorizado a buzones de voz de personalidades públicas.
Comparación regional: retos compartidos y diferencias notables
La crisis que enfrenta The Sun resuena con las dificultades que atraviesan otros grandes medios británicos y estadounidenses. The Mail Online, The Mirror y Daily Express, rivales directos, también han sufrido caídas de tráfico a doble dígito y deben hacer frente a demandas por privacidad e injerencias indebidas. Sin embargo, el liderazgo histórico de The Sun hace que su retroceso cause mayor impacto en el ecosistema mediático británico.
En contraste, medios europeos continentales y algunos grupos estadounidenses han optado por implementar modelos de pago y refuerzos en su política de privacidad, logrando atenuar parte del impacto de las decisiones algorítmicas de las grandes tecnológicas. El caso de The New York Times, que incrementó su base de suscriptores digitales, y el de El País en España, que implementó “muros de pago” progresivos, demuestran que la diversificación de fuentes de ingreso puede ofrecer una tabla de salvación ante la volatilidad digital.
Consecuencias legales y operativas para The Sun
El acuerdo extrajudicial con el príncipe Harry no es el único frente que enfrenta la publicación. La admisión de irregularidades abre la puerta a nuevas demandas colectivas y a una revisión regulatoria más estricta por parte de la autoridad británica de comunicaciones (Ofcom). Expertos legales advierten que las implicaciones financieras podrían extenderse durante años, afectando la viabilidad del negocio e incluso su gobernanza interna, bajo la sombra de auditorías y supervisiones reforzadas.
Por otro lado, la reducción tan marcada en la audiencia digital afecta no solo la publicidad —principal fuente de ingresos de The Sun—, sino también su capacidad para seguir influyendo en la agenda pública. Analistas del sector calculan que una caída del 60% en tráfico podría traducirse en pérdidas anuales de varios millones de libras, además de dañar su atractivo para anunciantes y socios comerciales.
Estrategias de adaptación y cobertura en la crisis
A pesar de estos reveses, The Sun ha apostado por mantener la visibilidad cubriendo historias de alto impacto y actualidad —desde políticas migratorias y demandas de asilo hasta la cobertura pormenorizada de la vida de celebridades—, intentando estabilizar la lealtad de su base lectora tradicional. Fuentes internas afirman que, tras los ajustes en la edición y la plantilla de redacción, se estudian vías para relanzar productos multimedia, experimentar con microformatos de vídeo, y renovar la aplicación móvil con herramientas interactivas.
Sin embargo, la dificultad para obtener tráfico orgánico desde redes sociales y buscadores limita tanto la reconstrucción de su imagen pública como la captación de nuevas audiencias, sobre todo entre los jóvenes.
Reacción del público y del sector: confianza en entredicho
La admisión de prácticas ilícitas y la caída en tráfico han reavivado el debate sobre la ética periodística y la sostenibilidad del modelo tabloide. Usuarios en redes sociales han criticado la falta de transparencia de The Sun durante los años previos y, aunque varios lectores tradicionales minimizan el alcance del escándalo, voces académicas y profesionales del periodismo británico consideran que la credibilidad del medio está en su punto más bajo desde los años 80.
No obstante, parte de la competencia observa con cautela: si The Sun logra superar estos desafíos con reformas reales, podría convertirse en un caso de estudio sobre resiliencia mediática e innovación en tiempos de crisis reputacional y digital.
Perspectivas futuras para The Sun y el periodismo sensacionalista
A medio plazo, The Sun se ve obligado a redefinir su modelo de negocio, reforzar sus protocolos legales y éticos, y reconstruir su presencia digital mediante inversiones en contenido original y formatos exclusivos. Los analistas auguran meses de incertidumbre, en los que el comportamiento de lectores y anunciantes, así como el resultado de nuevos posibles litigios, serán determinantes para la supervivencia del tabloide.
El caso representa, en última instancia, una advertencia para toda la industria mediática: la combinación de escándalos de privacidad, cambios en la economía digital y las expectativas de una audiencia más crítica configuran un entorno en el que la reputación y la transparencia ya no son opcionales. Para The Sun y sus pares, la pregunta clave es si serán capaces de adaptarse de manera efectiva a esta nueva era de rendición de cuentas y transformación digital, o quedarán relegados a episodios de la historia del periodismo británico.