James Comey, exdirector del FBI, enfrenta críticas y una investigación por polémica publicación en redes sociales
Washington, D.C. – El exdirector del FBI, James Comey, se encuentra en el centro de una tormenta política y mediática tras una controvertida publicación en Instagram que muchos interpretaron como una incitación a la violencia contra el presidente Donald Trump. La imagen, que mostraba conchas marinas dispuestas para formar los números “8647”, fue rápidamente condenada por funcionarios de la Casa Blanca y aliados de Trump, quienes la calificaron de amenaza velada contra el mandatario.
Detalles de la publicación y reacciones Comey acompañó la fotografía con el texto: “Cool formation on beach walk”, lo que fue interpretado por algunos como un mensaje críptico. En el argot estadounidense, “86” puede significar “eliminar” o “descartar”, mientras que “47” hace referencia a Trump como el 47° presidente de Estados Unidos. La combinación fue vista por críticos como un llamado a “eliminar” al presidente, especialmente en un contexto donde Trump ha sido víctima de dos intentos de asesinato en el último año.
El exagente del FBI Dan Bongino calificó la acción de Comey como una “vergüenza”, acusándolo de alimentar una retórica peligrosa. Por su parte, la excongresista Tulsi Gabbard pidió que Comey asuma la responsabilidad por sus palabras, mientras que funcionarios como la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, confirmaron que el Servicio Secreto abrió una investigación formal sobre el caso.
Defensa de Comey y contexto Comey defendió su publicación, asegurando que la imagen surgió de una caminata en la playa junto a su esposa, Patrice Failor, quien sugirió tomar la foto tras ver la curiosa formación de conchas. Según Comey, el número “86” es una referencia común en restaurantes para indicar que algo se ha agotado o debe ser descartado, y negó cualquier intención de incitar a la violencia.
En declaraciones públicas, Comey calificó la controversia como “una distracción” y lamentó que su mensaje fuera malinterpretado. Aseguró que eliminó la publicación tras darse cuenta de las posibles connotaciones y reiteró su oposición a cualquier forma de violencia.
“Me arrepiento de la distracción y la controversia, pero es difícil sentir remordimiento por algo que, incluso en retrospectiva, me parece completamente inocente”, afirmó Comey.
Investigación y repercusiones El Servicio Secreto interrogó a Comey de manera voluntaria en sus oficinas de Washington, D.C., como parte de la investigación en curso. Aunque algunos funcionarios y figuras políticas han exigido acciones legales, expertos legales consideran poco probable que el caso derive en cargos penales, dado el carácter ambiguo del mensaje y la dificultad para probar una intención criminal directa.
El incidente ha reavivado el debate sobre los límites del discurso político en redes sociales y la responsabilidad de figuras públicas en un clima de creciente polarización. Algunos acusan a Comey de buscar publicidad para su nuevo libro, mientras que otros ven el episodio como un ejemplo de la sensibilidad extrema que rodea la política estadounidense actual.
Conclusión Mientras la investigación continúa, James Comey insiste en que fue víctima de una “tormenta política” y que la controversia no es más que una distracción. El caso sigue generando debate sobre la libertad de expresión, la interpretación de mensajes en redes sociales y la seguridad presidencial en tiempos de alta tensión política.