Nvidia sufre duro golpe tras prohibición de exportar chips H20 a China: impacto millonario y sacudida bursátil
Estados Unidos endurece restricciones y pone en jaque el negocio de IA de Nvidia
En un giro inesperado que sacude el tablero tecnológico global, la gigante estadounidense Nvidia anunció este martes que el gobierno de Estados Unidos ha prohibido indefinidamente la exportación de su chip H20 a China, citando preocupaciones de seguridad nacional. Esta medida, que exige una licencia especial para cualquier envío del procesador a territorio chino, representa un duro revés para la compañía y para la industria de inteligencia artificial en Asia.
Un golpe de $5,500 millones y desplome en Wall Street
La noticia no tardó en repercutir en los mercados: las acciones de Nvidia se desplomaron más de 5% en operaciones posteriores al cierre de la bolsa, reflejando la preocupación de los inversionistas ante el futuro de la empresa en uno de sus mercados clave. Según la propia Nvidia, la restricción obligará a registrar un cargo contable de aproximadamente $5,500 millones de dólares en su balance del primer trimestre, correspondiente a inventario y ventas canceladas del chip H20.
El H20: chip estratégico y símbolo de la guerra tecnológica
El H20 es un procesador de inteligencia artificial diseñado específicamente para cumplir con las regulaciones estadounidenses previas, permitiendo a Nvidia seguir vendiendo tecnología avanzada a China pese a las crecientes tensiones comerciales. Sin embargo, las autoridades estadounidenses argumentan que incluso este chip podría ser utilizado o desviado para alimentar supercomputadoras chinas, lo que motivó la nueva restricción.
La importancia del H20 es tal que, solo en el primer trimestre de 2025, empresas tecnológicas chinas realizaron compras por más de $16,000 millones de dólares para anticiparse a posibles sanciones. El chip es fundamental para el desarrollo de modelos de IA como DeepSeek, que han puesto a China en la mira de Washington por su potencial uso militar y estratégico.
Contexto: escalada en la guerra comercial y tecnológica
La decisión se produce en medio de una escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, donde ambos países han impuesto aranceles y restricciones a productos clave. Desde 2022, Washington ha endurecido el control sobre la exportación de chips de alto rendimiento, temiendo que la tecnología estadounidense impulse el avance militar y de inteligencia artificial de Pekín.
El gobierno de Joe Biden ya había implementado restricciones a los chips más avanzados en 2023, y ahora la nueva regla afecta incluso a productos diseñados para cumplir con los límites previos. La administración estadounidense sostiene que la medida es necesaria para evitar que la tecnología caiga en manos de actores que puedan amenazar la seguridad nacional.
Nvidia, entre la espada y la pared
El CEO de Nvidia, Jensen Huang, ya había advertido en febrero que los ingresos provenientes de China se habían reducido a la mitad tras las restricciones anteriores, y que la competencia local —especialmente de Huawei— se intensifica rápidamente. Ahora, la compañía enfrenta el reto de reconfigurar su estrategia global, mientras el futuro de sus operaciones en el gigante asiático queda en suspenso.
Perspectivas: incertidumbre y presión sobre la industria
La prohibición no solo representa un golpe financiero inmediato para Nvidia, sino que también reconfigura el panorama de la inteligencia artificial a nivel mundial. China, que depende en gran medida de la importación de chips estadounidenses, deberá acelerar el desarrollo de alternativas locales, mientras que Nvidia y otras tecnológicas occidentales buscan adaptarse a un entorno cada vez más restrictivo y politizado.
La medida marca un nuevo capítulo en la rivalidad tecnológica entre las dos mayores economías del mundo, con repercusiones que van mucho más allá de los balances empresariales y que podrían definir el rumbo de la innovación en la próxima década.