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ONU en la mira: crisis humanitaria en Gaza, denuncias de parcialidad y dimisiones agitan al organismo internacional🔥60

Author: 环球焦点
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La ONU bajo Lupa Global y Renuncias Massivas en Plena Crisis en Gaza

Crisis Humanitaria en Gaza: El Rostro más Duro de la Guerra

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se encuentra en el epicentro del escrutinio internacional en julio de 2025, mientras la crisis en Gaza alcanza niveles sin precedentes. Durante el pasado fin de semana, informes confirmaron la muerte de decenas de palestinos que buscaban ayuda humanitaria organizada por la ONU en la Franja de Gaza. Esta tragedia encendió de inmediato alarmas en la comunidad global y provocó una enérgica condena de António Guterres, Secretario General de la ONU, quien reiteró su llamada urgente para un alto el fuego inmediato, la liberación de todos los rehenes y el acceso sin restricciones a la región para el envío de ayuda humanitaria.

La gravedad de la situación ha sido subrayada por agencias como UNICEF, que alerta sobre niveles catastróficos de desnutrición infantil en Gaza. Según sus últimos datos, la falta de insumos médicos, agua potable y alimentos básicos está llevando a miles de niños al borde de la inanición, consolidando el conflicto como una de las crisis humanitarias contemporáneas más graves.

El Rol de la ONU en Gaza: Historia y Desafíos

La participación de la ONU en Medio Oriente data de las primeras décadas tras su fundación, pero se ha intensificado desde la Guerra de los Seis Días en 1967 y con la creación de la UNRWA, la agencia dedicada a los refugiados palestinos. La presencia de agencias como la mencionada UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) resulta esencial, ya que canalizan la mayoría del auxilio internacional para los más de dos millones de habitantes de Gaza.

Sin embargo, a medida que el conflicto evoluciona, la capacidad operativa de la ONU ha sido limitada por restricciones de seguridad, bloqueos y el colapso de la infraestructura local. Los repetidos ataques cerca de convoyes de ayuda y centros de distribución han generado preocupación sobre la seguridad tanto de los beneficiarios como del personal humanitario.

Renuncias en la Comisión de Investigación de la ONU: Contexto y Reacciones

En medio de la emergencia humanitaria, la ONU experimenta una crisis interna. Durante este mes de julio, los tres miembros de su Comisión de Investigación sobre los Territorios Palestinos Ocupados presentaron su dimisión. Entre los renunciantes figura la expresidenta sudafricana de la comisión, Navi Pillay, quien argumentó razones de "edad, problemas médicos y el peso de otros compromisos" como motivos para abandonar el cargo. Chris Sidoti, miembro australiano de la comisión, declaró que la salida de Pillay marcaba un "momento oportuno para reestructurar la comisión", y Miloon Kothari, originario de la India, se despidió calificando el trabajo realizado como un "honor".

Estas renuncias ocurrieron en un contexto de fuertes críticas internacionales, particularmente de parte de una coalición de 22 países que acusaron a la comisión de sesgo antiisraelí. Organizaciones como UN Watch, que monitorean la imparcialidad de la ONU, celebraron la salida de los comisionados, argumentando que dichos cargos estaban "diseñados para atacar a Israel".

El presidente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Jurg Lauber, solicitó a los estados miembros que propongan nuevos integrantes antes del 31 de agosto para sustituir a los renunciantes. Mientras tanto, la comisión continuará existiendo y sus investigaciones serán retomadas por quienes sean designados en los próximos meses.

Sanciones y Temor a Represalias: Presión Internacional

Las renuncias se vieron precedidas por la imposición de sanciones de Estados Unidos a investigadores y expertos relacionados con el conflicto israelí-palestino en organismos internacionales. El caso de Francesca Albanese, relatora especial sobre la situación de los derechos humanos en el territorio palestino ocupado, es emblemático: la funcionaria fue sancionada semanas antes, acusada por Washington de parcialidad y antisemitismo, lo que generó desconcierto y alarma en el sistema de derechos humanos de la ONU.

Este nuevo escenario de sanciones marca un precedente inquietante para el funcionamiento de los órganos de investigación y monitoreo de la ONU, ya que introduce el riesgo de represalias económicas y legales contra funcionarios internacionales, presionando así la independencia y neutralidad de los expertos involucrados.

La Cuestión de la Imparcialidad: Debate Regional e Histórico

Las acusaciones de falta de imparcialidad en las investigaciones sobre Israel y Palestina no son nuevas. Desde hace más de una década, varios países occidentales y organizaciones judías han criticado lo que consideran un enfoque desproporcionado del sistema de derechos humanos de la ONU sobre Israel, en contraste con la atención dedicada a otros conflictos regionales.

El debate se amplía al considerar cómo la ONU responde a crisis similares en otras regiones—por ejemplo, en Siria, Yemen o Ucrania—donde la intensidad del involucramiento y el tono de las investigaciones ha variado considerablemente. Estados como India, Brasil o Sudáfrica han solicitado la creación de mecanismos más ecuánimes, mientras que aliados de Israel denuncian lo que llaman una "instrumentalización política" de los informes y resoluciones.

Impacto Económico y Repercusión en la Ayuda Humanitaria

La inestabilidad en Gaza y la presión sobre la ONU impactan de manera directa en la economía de la región y en la vida cotidiana de sus habitantes. Los bloqueos fronterizos, la destrucción de infraestructura y la interrupción de servicios sanitarios y educativos han inducido una dependencia casi total de la ayuda internacional. Las renuncias y el escrutinio sobre la ONU podrían entorpecer y ralentizar los flujos de recursos financieros y materiales, protegiendo con dificultad el principio de "imparcialidad y neutralidad" que la organización reivindica frente a la presión de actores estatales y coaliciones internacionales.

Desde la perspectiva internacional, la continuidad y efectividad de la ayuda humanitaria están ligadas a la credibilidad del sistema multilateral. Para los países europeos, el colapso de la ayuda a Gaza puede derivar en mayores flujos de migración y nuevos brotes de radicalización, lo que redobla la importancia estratégica de una acción eficaz y coordinada de la ONU.

Comparaciones Regionales: La ONU ante Otros Conflictos

Analizando el papel de la ONU en otras regiones críticas, se observa que la organización ha enfrentado desafíos similares en Siria y Yemen, donde la provisión de asistencia se ha dificultado por las hostilidades y la fragmentación política. Sin embargo, la respuesta a Gaza destaca por el altísimo grado de politización y por la presión directa de potencias globales sobre los mecanismos de investigación.

En América Latina, la ONU ha mantenido un perfil más bajo pero ha sido clave en procesos de paz como en Colombia. El contraste acentúa las diferencias de enfoque y el tipo de críticas que recibe la organización en función del contexto geopolítico y de la atención mediática global.

Reacciones Públicas y Clima Internacional

La opinión pública internacional observa con creciente inquietud la evolución del papel de la ONU en Gaza. En redes sociales y manifestaciones a nivel global, ciudadanos y organizaciones humanitarias demandan tanto mayor protección para la población civil gazatí como garantías de imparcialidad y profesionalismo en los organismos que deben velar por los derechos humanos.

El contexto de las renuncias, sumado a las denuncias de parcialidad y la presión por sanciones, ha puesto en riesgo la cohesión y reputación del sistema multilateral, reavivando preguntas sobre la reforma del Consejo de Derechos Humanos y la necesidad de blindar la independencia de sus expertos frente a agendas nacionales o intereses de grupo.

La ONU Frente a su Mayor Prueba

En 2025, la Organización de las Naciones Unidas enfrenta uno de sus mayores desafíos desde su creación. La sangre derramada en Gaza, la emergencia alimentaria y las recientes renuncias masivas en la Comisión de Investigación ilustran tanto la urgencia de una solución política como la fragilidad de los mecanismos internacionales de protección. Mientras el Secretario General y los organismos humanitarios insisten en los valores de humanidad, neutralidad, independencia e imparcialidad, la presión de potencias globales y el escepticismo de la ciudadanía internacional ponen a la ONU ante la obligación histórica de defender con hechos lo que proclama con palabras.

El desenlace de esta crisis marcará no solo el futuro de Gaza, sino la credibilidad y eficacia de toda la arquitectura multilateral para afrontar emergencias y conflictos en el siglo XXI.