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Protestas en Egipto por política hacia Gaza y denuncia de torturas policiales🔥60

Author: 环球焦点
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Protestas en Egipto por la Política hacia Gaza y Acusaciones de Brutalidad Policial

Aumento de la tensión social en Egipto tras disturbios por la crisis en Gaza y denuncias de tortura

El 9 de agosto de 2025, Egipto vive una oleada de protestas que revela una creciente discordia en la sociedad ante la política oficial respecto a la Franja de Gaza y recientes denuncias de brutalidad policial. La crispación social alcanzó su punto álgido en la gobernación de Dakahlia, donde centenares de manifestantes se congregaron frente al tribunal de Belqas tras la muerte bajo custodia policial de Ayman Sabry, cuyo cuerpo presentaba signos visibles de tortura. La situación derivó en enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, detonando un malestar que se ha propagado a otras regiones clave del país.

Contexto histórico: el papel estratégico de Egipto respecto a Gaza

Para comprender la magnitud y la urgencia de estas protestas es imprescindible situarlas en el contexto histórico y geopolítico de Egipto. Desde el tratado de paz entre Egipto e Israel firmado en 1979, el país del Nilo ha gestionado con cautela su relación con el enclave palestino y su frontera crucial: el paso de Rafah. Este control ha convertido a Egipto en mediador tradicional en los conflictos de Gaza y, simultáneamente, en blanco de críticas por endurecer el bloqueo fronterizo, sobre todo desde 2007, cuando Hamas tomó el control en la Franja.

Durante la última década, El Cairo ha aplicado políticas severas en Rafah, restringiendo el paso de bienes y personas bajo el argumento de seguridad nacional y presionando tanto a los habitantes de Gaza como a la opinión pública egipcia. Tales decisiones han generado frecuentes tensiones internas y externas, con manifestaciones esporádicas en defensa de la causa palestina y en rechazo al colaboracionismo implícito que muchos egipcios atribuyen a su propio gobierno.

El estallido: la muerte de Ayman Sabry y la respuesta ciudadana

El reciente deceso de Ayman Sabry en el cuartel policial de Belqas, cuyo cuerpo fue entregado a familiares con signos evidentes de violencia, ha actuado como catalizador del malestar popular. Las imágenes de Sabry y las declaraciones de testigos reavivaron un debate nacional sobre la persistencia de la tortura y la impunidad en las fuerzas de seguridad egipcias.

La rabia social desembocó en protestas multitudinarias ante la sede judicial local, donde los asistentes exigieron justicia y el cese inmediato de los abusos policiales. Según reportes locales, las protestas culminaron en enfrentamientos directos con las fuerzas antidisturbios, dejando varios heridos y un palpable clima de tensión en la zona, que rápidamente se propagó a otras provincias.

Gaza: el detonante externo y la controversia por el paso de Rafah

A esta situación se sumó el contexto internacional: la continuidad del cierre parcial del paso de Rafah, bajo fuerte presión israelí, y el despliegue policial para frenar la Marcha Global a Gaza, una movilización internacional que exigía levantar el asedio y permitir la entrada de ayuda humanitaria. El gobierno egipcio, priorizando “la seguridad y el cumplimiento de los protocolos oficiales”, detuvo y deportó en los últimos días a decenas de activistas extranjeros que intentaban sumarse a la protesta en la frontera con Gaza, según confirmaron funcionarios en El Cairo.

Las retenciones y expulsiones de manifestantes, procedentes de más de 80 países, suscitaron indignación entre la población egipcia y avivaron la percepción de complicidad entre El Cairo y Tel Aviv, fortaleciendo la narrativa de que Egipto respalda de facto el bloqueo a Gaza. Testigos aseguran que la policía incluso revisó hoteles y viviendas en busca de activistas, confiscando pasaportes y teléfonos antes de deportar a los más insistentes.

Protestas inéditas: ocupación de una comisaría y desafío al aparato de seguridad

En un hecho inusual no visto desde las protestas masivas de 2011 y 2013, un grupo de jóvenes egipcios asaltó una oficina de seguridad nacional la tarde del viernes. Retuvieron a personal durante varias horas en protesta por la política restrictiva hacia Gaza y la gestión gubernamental del paso de Rafah. Este acto de desafío abierto supuso una ruptura con el ciclo de represión y aquiescencia que había caracterizado la política de seguridad interna desde el restablecimiento del orden tras la primavera árabe.

Las autoridades respondieron con un despliegue masivo en calles y carreteras cercanas al norte del Sinaí, estableciendo puestos de control y deteniendo tanto a activistas extranjeros como a ciudadanos egipcios sospechosos de implicación en manifestaciones o de simpatías con la causa palestina.

Impacto económico: el precio social y financiero de la crisis

Más allá de la retirada inmediata de manifestantes y el incremento en la represión, la crisis repercute directamente sobre la economía nacional. El cierre intermitente del paso de Rafah perjudica no sólo a los gazatíes, sino también a los comerciantes egipcios del Sinaí, que dependen en gran medida del tránsito transfronterizo.

Las tensiones han afectado al turismo en la península del Sinaí y a la confianza internacional en la estabilidad egipcia. Inversionistas extranjeros observan con inquietud la escalada de disturbios sociales y la crítica mediática internacional sobre el deterioro de derechos humanos en el país, lo que podría traducirse en un descenso en la inversión directa extranjera y en una retracción del comercio fronterizo.

Comparación regional: Egipto frente a otros países árabes

Frente a otros Estados de la región, Egipto mantiene una postura de “guardia de la frontera” que contrasta con el apoyo más abierto a Gaza desde países como Argelia, Líbano o incluso Túnez, donde las manifestaciones de solidaridad suelen ser toleradas, e incluso incentivadas, por las autoridades. No obstante, la situación en Egipto es particularmente delicada debido a la estratégica dependencia internacional del país y al peso de sus compromisos diplomáticos desde el acuerdo de Camp David.

Mientras algunos países vecinos critican abiertamente la política israelí en Gaza, Egipto debe equilibrar su interés en la estabilidad interna, su relación con Occidente y los lazos con Israel, al mismo tiempo que trata de responder a la presión popular para adoptar una posición más enérgica en defensa de los palestinos.

Reacción pública y desafíos futuros

La indignación en las redes sociales egipcias no ha dejado de crecer, alimentada tanto por denuncias de abusos policiales como por la percepción de una política exterior al servicio de intereses foráneos. Hashtags en árabe y en inglés han inundado Twitter y Facebook, exigiendo justicia para las víctimas de abusos internos y condenando el cierre de Rafah.

Organizaciones de derechos humanos, tanto locales como internacionales, han solicitado investigaciones independientes sobre las muertes bajo custodia policial y demandan mayor transparencia en la toma de decisiones respecto a la frontera con Gaza.

Las autoridades han ratificado que revisarán los protocolos de actuación policial y que supervisarán la gestión de los flujos migratorios en Rafah “en función de la seguridad nacional”. Sin embargo, analistas y activistas estiman que, a menos que se tomen medidas de fondo, el ciclo de protesta y represión podría volver a repetirse.

Conclusión

En agosto de 2025, Egipto vive uno de sus momentos de mayor volatilidad social desde hace años, con protestas que entrelazan el rechazo a la represión interna y la demanda de una política exterior más solidaria con Gaza. En un entorno regional plagado de incertidumbre, la situación pondrá a prueba la capacidad del gobierno egipcio para gestionar la presión popular, restaurar la confianza en las instituciones y forjar un equilibrio sostenible entre seguridad y justicia social.