Tesla lanza servicio de robotaxis en Austin, Texas, con flota limitada y tarifa fija
AUSTIN, Texas, 22 de junio de 2025 — Tesla ha puesto en marcha oficialmente su esperado servicio de robotaxis en Austin, Texas, marcando un hito en la apuesta de la compañía por la conducción autónoma. El CEO Elon Musk anunció el lanzamiento este domingo, desplegando una flota inicial de entre 10 y 20 vehículos Model Y equipados con la última versión del software Full Self-Driving (FSD) de Tesla.
El servicio, por ahora disponible solo para usuarios invitados —principalmente inversores, entusiastas y algunos influencers—, opera en un área geográfica limitada al sur de Austin, desde las 6 de la mañana hasta la medianoche. Cada viaje tiene un costo fijo de $4.20 dólares, independientemente de la distancia o duración, aunque Tesla ha señalado que esta tarifa podría variar en el futuro a medida que el servicio se expanda.
Los robotaxis, aunque no llevan conductor, cuentan con un monitor de seguridad en el asiento del pasajero delantero, encargado de supervisar el trayecto y de intervenir en caso necesario, como medida de precaución en esta fase piloto. Tesla ha priorizado la seguridad, limitando los recorridos a zonas con menos intersecciones complejas y suspendiendo el servicio durante condiciones meteorológicas adversas. Los usuarios pueden solicitar un robotaxi a través de una sección especial en la aplicación oficial de Tesla.
La elección de Austin responde a la regulación relativamente flexible de Texas en materia de vehículos autónomos, aunque la compañía enfrenta presiones políticas: un grupo de legisladores estatales pidió retrasar el lanzamiento hasta el 1 de septiembre, cuando entrarán en vigor nuevas normas de seguridad para este tipo de vehículos. El gobernador Greg Abbott firmó recientemente una ley que exigirá permisos estatales para operar taxis autónomos, reflejando la preocupación bipartidista sobre la seguridad pública.
El despliegue ha generado reacciones encontradas. Grupos críticos, como The Dawn Project, han cuestionado la fiabilidad del sistema FSD de Tesla, que solo utiliza cámaras, en comparación con rivales como Waymo, que integran sensores adicionales como lidar. Waymo, de hecho, ya opera en Austin y otras ciudades estadounidenses, consolidándose como uno de los principales competidores en el sector.
A pesar de la polémica y la cautela regulatoria, la comunidad inversora observa con atención. Analistas como Dan Ives, de Wedbush, estiman que si el proyecto de robotaxis tiene éxito, podría impulsar la valoración de Tesla por encima de los 2 billones de dólares. El futuro del servicio dependerá de su capacidad para superar los desafíos regulatorios y, sobre todo, de ganarse la confianza del público en la tecnología de conducción autónoma.