Trump exige fiscal especial para investigar las elecciones de 2020
El 20 de junio de 2025, el presidente Donald Trump solicitó públicamente el nombramiento de un fiscal especial para investigar un supuesto fraude en las elecciones presidenciales de 2020, en las que fue derrotado por el expresidente Joe Biden. En un mensaje difundido a través de Truth Social, Trump calificó la elección como “totalmente fraudulenta” y aseguró que las pruebas de fraude son “masivas y abrumadoras”, instando al Departamento de Justicia a actuar para evitar que “esto vuelva a ocurrir en Estados Unidos”.
Trump reiteró sus afirmaciones, ya desacreditadas, de que la elección fue manipulada, a pesar de que múltiples tribunales, incluyendo la Corte Suprema de Estados Unidos, rechazaron más de 60 demandas presentadas por su equipo y aliados por falta de pruebas suficientes. Auditores independientes, expertos electorales y su propio fiscal general durante su primer mandato, William Barr, concluyeron que no existió fraude a gran escala que pudiera haber alterado el resultado de los comicios.
El llamado de Trump se produce tras recientes declaraciones del director del FBI, Kash Patel, sobre documentos desclasificados que supuestamente demostrarían interferencia en las elecciones de 2020. Sin embargo, estas afirmaciones no han sido corroboradas y la comunidad de inteligencia, así como el Departamento de Seguridad Nacional, han calificado las elecciones de 2020 como “las más seguras en la historia de Estados Unidos”.
La insistencia de Trump en este tema revive una de sus principales quejas desde su derrota electoral, la cual alimentó teorías conspirativas y contribuyó al asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. A raíz de estos hechos, Trump fue sometido a un proceso de destitución e imputado por un gran jurado, aunque posteriormente fue absuelto por el Senado y los cargos relacionados con el 6 de enero fueron retirados tras una batalla legal.
Hasta el momento, el Departamento de Justicia no ha emitido comentarios sobre la solicitud de Trump. La decisión de nombrar un fiscal especial recae en la fiscal general Pam Bondi, aliada cercana de Trump, quien podría verse presionada para responder a esta petición en un contexto de alta polarización política.