Cámara de Representantes de EE. UU. aprueba ley para desfinanciar a Planned Parenthood y desata intenso debate nacional
WASHINGTON, D.C. — La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó por estrecho margen un proyecto de ley de reconciliación que incluye la desfinanciación de Planned Parenthood, eliminando el financiamiento federal a organizaciones que realicen abortos. La medida, impulsada principalmente por la mayoría republicana, fue celebrada como una victoria significativa por los defensores del movimiento pro-vida, quienes instaron al Senado a ratificar la decisión lo antes posible.
El proyecto de ley, conocido como la “Gran y Hermosa Ley”, no solo afecta a Planned Parenthood, sino que también contempla la eliminación de fondos federales para cualquier proveedor de servicios de aborto durante un año, a menos que certifiquen que no realizarán abortos ni transferirán fondos a entidades que los realicen, con excepciones únicamente en casos de violación, incesto o peligro para la vida de la madre. Además, la legislación prevé un aumento temporal de fondos para centros de salud comunitarios, siempre sujetos a las mismas restricciones relacionadas con el aborto.
Los partidarios de la ley argumentan que refleja el sentir de la mayoría de los estadounidenses, quienes se oponen a que sus impuestos financien abortos, y destacan que la iniciativa fortalece créditos fiscales por hijos y adopción, así como el apoyo a la licencia parental remunerada. “Debemos seguir abogando por políticas que empoderen a las familias más allá del nacimiento de su hijo y fortalezcan la unidad familiar”, afirmó Juan Mize, director ejecutivo de Americans United for Life.
Sin embargo, la oposición, integrada principalmente por legisladores demócratas y defensores de los derechos reproductivos, advierte que la medida pone en riesgo el acceso a servicios esenciales de salud para millones de mujeres y familias, incluyendo exámenes de cáncer, anticonceptivos y atención preventiva. Según Planned Parenthood, cerca de 200 centros de salud podrían cerrar y más de 1.1 millones de pacientes perderían acceso a servicios médicos si la ley entra en vigor.
La aprobación del proyecto también ha reavivado el debate sobre la coherencia de los legisladores en torno a los recortes presupuestarios, ya que algunos de los mismos representantes que apoyan la desfinanciación de Planned Parenthood han sido acusados de posturas inconsistentes respecto a otras iniciativas de “desfinanciar”, como la policía y programas sociales. El paquete legislativo incluye además recortes a Medicaid y asistencia alimentaria, así como aumentos en el gasto de defensa y seguridad fronteriza.
La ley pasará ahora al Senado, donde se anticipan intensas negociaciones y posibles enmiendas. Mientras tanto, el país observa de cerca el desenlace de una batalla legislativa que podría redefinir el acceso a la salud reproductiva y los presupuestos federales en Estados Unidos.