Oleksandr Usyk reconquista el título mundial indiscutido de los pesos pesados con un impactante nocaut sobre Daniel Dubois en Wembley
Una noche histórica para el boxeo mundial: Usyk se corona tres veces indiscutido
LONDRES, 20 de julio de 2025 – Bajo las luces imponentes del estadio de Wembley, y ante 90,000 aficionados entregados, Oleksandr Usyk escribió una página dorada en la historia del boxeo, no solo al noquear a Daniel Dubois en el quinto asalto, sino al consagrarse, por tercera vez en la era de los cuatro cinturones, como campeón mundial indiscutido de los pesos pesados. Esta gesta lo sitúa entre las leyendas vivas del pugilismo e impulsa su legado a una dimensión reservada solo para los grandes.
El legado de Usyk en la división de los pesos pesados
Usyk, de 38 años y oriundo de Simferopol, Ucrania, logró retener los títulos de la WBA, WBO y WBC, sumando el cinturón de la IBF de Dubois para completar el póker de coronas más codiciado del boxeo profesional en la denominada “era de los cuatro cinturones”. Con este triunfo, alcanza una impecable marca de 24 victorias, sin derrotas, y 15 nocauts.
La victoria consolida un dominio absoluto que había empezado en 2021, cuando sorprendió a Anthony Joshua para obtener sus primeros títulos pesados, y que posteriormente amplió al vencer a Tyson Fury en 2024 en Arabia Saudita, uniéndose así al círculo selecto de campeones indiscutidos junto a nombres como Lennox Lewis, Muhammad Ali, Mike Tyson y Evander Holyfield. Sin embargo, Usyk es el primero en lograrlo tres veces en la era actual donde convergen los títulos WBA, WBC, IBF y WBO, una hazaña sin precedentes.
Un repaso al combate: Técnica y precisión sobre fuerza bruta
La pelea entre Usyk y Dubois fue una revancha largamente esperada desde el polémico enfrentamiento de 2023, donde una controvertida decisión arbitral por un golpe bajo marcó la contienda a favor del ucraniano. En esta ocasión, Usyk no dejó lugar a dudas: desde el campanazo inicial, impuso su superioridad táctica y física, desplegando una movilidad fluida, excelente trabajo de pies y precisión quirúrgica en sus golpes.
Dubois, 11 años más joven y de mayor alcance, intentó agredir con combinaciones potentes y agresividad constante, pero Usyk neutralizó cada intento gracias a una defensa excepcional y contragolpes eléctricos. El desenlace llegó en el quinto asalto tras dos contundentes combinaciones derecha-izquierda que mandaron a Dubois a la lona, forzando al árbitro a detener la pelea apenas pasada la mitad del round.
Las estadísticas de CompuBox subrayaron la superioridad de Usyk: conectó el 46% de sus golpes de poder, incluyendo 8 de 11 en el asalto final, demostrando su capacidad para mantener la técnica y la potencia sin desgastarse.
Impacto económico y mediático: Wembley como epicentro global
La velada en Wembley, con una asistencia récord de 90,000 espectadores, generó una atmósfera eléctrica que superó incluso las expectativas de los organizadores y de las principales casas de apuestas británicas. El evento, transmitido mundialmente por DAZN Pay-Per-View, demostró el retorno económico millonario de los grandes combates de boxeo: solo en 2024, Usyk fue catalogado por Sportico y Forbes entre los diez deportistas mejores pagados del planeta, con ingresos que superaron los 100 millones de dólares, impulsados principalmente por sus peleas con Fury y Joshua. Al sumar una nueva epopeya, la imagen global de Usyk continúa atrayendo patrocinadores e incrementando el atractivo comercial del boxeo en mercados emergentes, incluidos Europa del Este y Medio Oriente.
El combate tuvo un fuerte impacto en la industria local y regional: hoteles abarrotados, comercio saturado por turistas y aficionados, y una derrama que revitalizó el tradicional barrio de Wembley, conocido por albergar eventos icónicos en el fútbol y la música, pero que con Usyk y Dubois vio renacer el fervor por el boxeo clásico. Analistas calculan que la noche de Usyk generó más de 20 millones de libras esterlinas en ventas directas e indirectas en la ciudad.
Contexto histórico: La carrera ascendente del ‘Hetman’ ucraniano
Oleksandr Usyk, conocido como “El Gato” por su agilidad, es un producto de una generación dorada de boxeadores ucranianos. Desde los tiempos amateurs, donde obtuvo el oro en el Mundial 2011 y en los Juegos Olímpicos de 2012, Usyk demostró un talento y disciplina excepcionales. Su paso al profesionalismo en 2013 fue arrollador: conquistó el título de campeón indiscutido crucero en 2018, antes de ascender y conquistar la división reina de los pesos pesados.
Este doblete –ser campeón indiscutido en dos categorías de peso– lo había logrado únicamente Evander Holyfield antes que él, lo que refuerza la magnitud del logro de Usyk. Ya en su campaña en la división pesada, derrotó al británico Anthony Joshua y, después, a Tyson Fury, lo que consolidó su dominio en la época más competitiva de la categoría desde la era de Lennox Lewis.
Su figura trasciende el ring: es símbolo de resiliencia para Ucrania en tiempos de crisis, y modelo para nuevas generaciones de boxeadores del Este Europeo, confirmando que el boxeo es un terreno de reinvención y nuevas hegemonías.
Reacciones y futuro: ¿Quién será el próximo rival de Usyk?
Tras el combate, Usyk se mostró sereno y agradecido con el público londinense. En declaraciones a la prensa, aseguró que necesitará un período de descanso antes de evaluar sus siguientes pasos, aunque mencionó a Tyson Fury, Anthony Joshua, Derek Chisora y Joseph Parker como posibles adversarios en el horizonte cercano. El público pide una nueva revancha con Fury o una tercera pelea épica con Joshua, mientras Dubois, cabizbajo pero digno, reconoció la supremacía del ucraniano y dejó la puerta abierta a una futura trilogía.
Los analistas apuntan que, tras haber conquistado todas las coronas posibles, Usyk podría optar por peleas de alto perfil antes de contemplar el retiro, teniendo en cuenta que a sus 38 años aún muestra un rendimiento físico y técnico superior a la mayoría de los retadores disponibles.
Comparativa regional: El renacer del boxeo de Europa del Este frente al dominio anglosajón
La supremacía de Usyk marca un nuevo ciclo en la rivalidad histórica entre los pesos pesados británicos y los representantes del Este Europeo. En la década de los 90, figuras como Lennox Lewis, Riddick Bowe o Evander Holyfield eran las referencias; sin embargo, desde la irrupción de los hermanos Klitschko, el boxeo ucraniano y ruso ha ganado protagonismo, desplazando temporalmente a los púgiles tradicionales del Reino Unido y Estados Unidos. Usyk, con su estilo cerebral y movilidad de peso mediano en un cuerpo pesado, representa la evolución natural del boxeo de la región: técnica, disciplina y una capacidad estratégica para adaptarse y dominar en escenarios adversos.
El impacto en la industria del boxeo y la proyección del deporte
La pelea Usyk vs Dubois no solo fue un punto culminante deportivo; su promoción, cobertura mediática y éxito taquillero funcionan como estudio de caso del poder de convocatoria del boxeo moderno. Promotores, gobiernos locales, marcas multinacionales y plataformas tecnológicas ven en el boxeo un vector para revitalizar economías regionales y promover iniciativas sociales vinculadas al deporte.
Para Wembley, la jornada representa la consolidación como epicentro de los megaeventos deportivos, y para DAZN, el balance positivo en suscripciones y audiencia asegura una proyección internacional en los próximos años.
Conclusión: El nombre de Usyk, sinónimo de grandeza
Lo sucedido en Londres reafirma el papel de Oleksandr Usyk como figura central en la historia del boxeo mundial. Tres veces campeón indiscutido en el contexto profesional más severo auguran que su nombre será recordado junto a los más grandes. El cinturón de la división reina queda en buenas manos; el futuro del boxeo, de nuevo, tiene sabor ucraniano.