Nick Dunlap vive una montaña rusa emocional en el Masters: de la peor ronda en una década a una remontada histórica El joven estadounidense Nick Dunlap protagonizó una de las actuaciones más dramáticas en la historia reciente del Masters de Augusta, combinando un inicio catastrófico con una remontada que quedará grabada en la memoria del golf. Con solo 21 años, el prodigio demostró por qué es considerado una de las mayores promesas del deporte, no solo por su talento, sino por su temple ante la adversidad.
El infierno del jueves Dunlap comenzó su primer Masters como profesional con una ruta colmada de obstáculos. En la primera ronda, firmó una tarjeta de 18 sobre par (90), la peor marca en el torneo desde 2015 y la peor de un jugador menor de 50 años en 70 años. Errores en el drive, aproximaciones fallidas y putts imposibles lo llevaron a sumar un triple bogey, cuatro dobles bogeyes y siete bogeyes. "Ni siquiera quise hablar con la prensa después", admitiría más tarde, reflejando la frustración de un día donde Augusta National lo castigó sin piedad.
La redención del viernes Sin embargo, el viernes escribió un capítulo completamente distinto. Con un 1 bajo par (71), Dunlap logró una mejora de 19 golpes entre rondas, la segunda mayor remontada en la historia del Masters (solo superada por Craig Wood en 1936) y una de las más grandes en cualquier major en medio siglo. "Tenía un nudo en el estómago al empezar, pero estoy orgulloso de haber respondido", confesó el golfista, quien evitó tres putts en ningún hoyo y mostró una precisión renovada.
Detrás del milagro La hazaña no fue casual. Tras el jueves, Dunlap confesó haber contemplado retirarse e incluso pasó horas golpeando pelotas en un bosque cerca de su alojamiento para liberar la frustración. Pero con la mentalidad que lo llevó a ser campeón del PGA Tour como amateur en 2024 —algo que no ocurría desde Phil Mickelson en 1991—, optó por luchar. "Es difícil sentir que no avanzas, pero hoy di todo", afirmó, destacando su capacidad para convertir el enojo en concentración.
Reacciones y legado Aunque no superó el corte (17 sobre par total), su gesta resonó en el mundo del golf. Analistas y aficionados celebraron su resistencia mental, comparando su actitud con la de leyendas como Tiger Woods en momentos clave. "Esto define a un campeón: caer y levantarse con más fuerza", comentaron en redes sociales. Para América Latina, donde el golf gana adeptos, Dunlap se convierte en un ejemplo de cómo enfrentar crisis con carácter, algo que conecta con valores regionales como la "garra" y la perseverancia.
El futuro de una promesa Pese a su racha de seis majors sin cortes como profesional, el doble campeón del Tour —incluyendo su histórico triunfo en el American Express 2024— mantiene intacto su potencial. Su actuación en Augusta, aunque desigual, confirma que tiene el talento para dominar el circuito. Como bien dijo un periodista: "Golf es el único deporte donde puedes llorar a las 9 a.m. y sonreír a las 5 p.m." — y Dunlap lo demostró con maestría.
En síntesis: Una historia de altibajos que encapsula la esencia del golf: impredecible, brutal y, al mismo tiempo, profundamente inspiradora. Dunlap no ganó el Masters, pero se llevó algo quizás más valioso: el respeto de un deporte que premia a quienes no se rinden.