Israel y EE. UU. intensifican operaciones militares conjuntas en medio de crecientes tensiones con Irán
23 de junio de 2025 — Israel y Estados Unidos han elevado su coordinación militar tras una escalada del conflicto con Irán, según fuentes oficiales. El 21 de junio, fuerzas estadounidenses llevaron a cabo ataques de precisión contra tres instalaciones nucleares iraníes —Fordo, Natanz e Isfahán— en respuesta a la ofensiva israelí iniciada el 13 de junio sobre objetivos nucleares y de misiles en territorio iraní. La intervención estadounidense, denominada “Operación Martillo de Medianoche”, buscó inutilizar la capacidad de enriquecimiento nuclear de Irán. El presidente Donald Trump afirmó que los ataques “aniquilaron” objetivos clave, mientras que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, elogió la acción y confirmó que fue coordinada con Israel, incluyendo la participación de cazas israelíes para neutralizar defensas aéreas antes de la entrada de los bombarderos estadounidenses.
En represalia, Irán lanzó múltiples andanadas de misiles contra ciudades israelíes como Tel Aviv y Haifa, dejando al menos 23 heridos y causando daños significativos en infraestructuras civiles. El líder supremo iraní, ayatolá Ali Jamenei, prometió continuar con el “castigo” a Israel, y altos funcionarios iraníes declararon a las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio como “objetivos legítimos”.
El conflicto, que ya suma dos semanas, ha generado alarma internacional. Arabia Saudita y Catar han instado a una desescalada, y el Consejo de Seguridad de la ONU ha programado una reunión de emergencia para abordar la crisis. Estados Unidos ha emitido alertas de precaución global para sus ciudadanos ante posibles amenazas, mientras que la OTAN y los países del Golfo monitorean de cerca la situación.
Los esfuerzos diplomáticos, encabezados por Omán y Catar, se encuentran estancados. Irán exige el cese de los ataques israelíes como condición para retomar las negociaciones nucleares, mientras aumentan las víctimas y los daños materiales en ambos países.
La comunidad internacional permanece en vilo ante la posibilidad de una nueva escalada en una de las regiones más volátiles del mundo.