NHS enfrenta desafíos y reformas en medio de preocupaciones públicas y del personal
El Servicio Nacional de Salud (NHS) de Inglaterra se encuentra bajo intensa observación mientras afronta retos significativos y avanza en reformas clave. En las últimas semanas, se ha registrado un aumento de casos de norovirus, lo que llevó al NHS a recomendar el lavado frecuente de manos y a pedir a la población que permanezca en casa si presenta síntomas, con el objetivo de frenar la propagación del virus.
En un esfuerzo por aumentar la conciencia sobre el cáncer, el NHS ha establecido una alianza con la cadena de supermercados Tesco. Como parte de esta campaña, se han vendido 78,9 millones de rollos de papel higiénico con mensajes que instan a los consumidores a estar atentos a los síntomas de cáncer y a consultar a su médico de cabecera si es necesario.
Sin embargo, el futuro del NHS sigue generando inquietud. Expertos y críticos advierten que propuestas políticas como las de Reform UK podrían reducir el acceso a la atención médica gratuita, empujando a los pacientes hacia seguros privados sin beneficios fiscales. Al mismo tiempo, la escasez de personal sigue siendo un problema grave: se estima que la falta de trabajadores podría alcanzar entre 260.000 y 360.000 puestos vacantes para 2036/37 si no se toman medidas urgentes. Actualmente, existen más de 112.000 vacantes, lo que afecta la calidad de la atención y contribuye al agotamiento del personal.
Además, han surgido denuncias de presiones internas, como el caso de un paramédico que habría sido obligado a dejar su puesto por no cumplir con políticas de pronombres, y reportes sobre la reticencia de algunos empleados del NHS a vacunarse, lo que plantea dudas sobre la confianza en ciertos mandatos sanitarios.
En el ámbito político, el Partido Laborista ha anunciado planes para priorizar la contratación de médicos formados en el Reino Unido y propone un esquema de condonación de préstamos estudiantiles para retener personal: se perdonaría el 50% de la deuda tras cinco años de servicio y el 100% después de diez años.
El NHS también está desarrollando un nuevo plan sanitario a diez años, basado en más de 220.000 aportaciones de ciudadanos y trabajadores. Este plan busca mejorar la atención de emergencias, reducir los tiempos de espera y fortalecer los servicios de salud mental, además de abordar las desigualdades en salud.
A pesar de los desafíos, el NHS sigue siendo un pilar fundamental de la atención médica en el Reino Unido. Fue considerado el mejor sistema de salud del mundo en 2014 y 2017, aunque cayó en el ranking en 2021 debido a problemas de financiación y políticas. Las demandas de mayor inversión y reformas estructurales continúan mientras el servicio enfrenta una presión sin precedentes por el envejecimiento de la población y el aumento de enfermedades crónicas.
El futuro del NHS dependerá de la capacidad de implementar reformas efectivas, invertir en su personal y adaptarse a las necesidades cambiantes de la sociedad británica.